La concentración Pingüinos de Valladolid eleva la voz por la visibilidad de las mujeres moteras
2025-01-12
Autor: Laura
En la impresionante concentración motera Pingüinos de Valladolid, una mujer llega con una motocicleta imponente y rápidamente varios hombres se acercan para ofrecerle ayuda a aparcar, a pesar de que ella no lo necesita. En los baños, se puede ver un mensaje pintado que dice “Machos” junto a un dibujo de un monigote con bigote en la puerta de los hombres. Algunos campistas decoran su espacio con una bandera que muestra una silueta femenina en ropa interior, sosteniendo una botella de whisky. Un poco más allá, surge un debate sobre el papel de la mujer en el mundo del motociclismo.
Daniela Guillén y Jana Sánchez, reconocidas campeonas de motocross, se encuentran conversando con la ministra de Igualdad, Ana Redondo, y Raquel Arroyo, presidenta del Club Turismoto y organizadora del evento. Todas coinciden en que aún hay mucho trabajo por hacer, pero también subrayan los avances logrados hasta ahora. La clave de esta evolución es, sin duda, la visibilidad de las mujeres en este deporte.
El rugido de los motores junto con melodías de Metallica y Black Sabbath llena el ambiente, donde miles de moteros se reúnen en la concentración invernal más grande de Europa. Entre los participantes, el número de mujeres que toman las riendas de sus propias motocicletas ha aumentado considerablemente; ya no son solo pasajeras, como solía ocurrir. Raquel Arroyo, con 63 años y una larga trayectoria en el motociclismo, admite que aún nos encontramos en una sociedad con mentalidades machistas y patriarcales. “Nosotras somos las primeras que venimos y siempre estamos activas, mientras ellos están tomándose un café”, resalta, mostrando el esfuerzo de quienes durante décadas fueron relegadas al rol de acompañantes.
La ministra Redondo destaca cómo la historia ha cambiado, recordando que antes era inaceptable ver a una mujer en una moto con las piernas abiertas. Aún así, muchas mujeres enfrentan la realidad de trabajar más horas en el hogar que sus colegas hombres, aportando menos tiempo para sus pasiones como el motociclismo.
Daniela Guillén, con tan solo 18 años, es ya una subcampeona mundial de motocross y ha logrado múltiples títulos en competiciones europeas, pero sus oportunidades de patrocinio son limitadas. “Es una cuestión de visibilidad”, señala Guillén, lamentando que los recursos suelen destinarse mayormente a pilotos masculinos. Ella y sus compañeras enfrentan una dura realidad, donde a menudo se luchan en diferentes categorías y deben hacer malabares para obtener apoyo financiero.
Jana Sánchez, de 21 años y también campeona de Europa, comparte su experiencia en un ambiente donde las mujeres son frecuentemente pasadas por alto. “En el paddock los chicos son los que tienen más visibilidad”, protesta. A pesar de que ambas compiten en categorías femeninas, su camino ha estado marcado por competiciones mixtas llenas de desafíos machistas.
La cultura de la motocicleta en España está cambiando, y Pingüinos se está feminizando. A pesar de esto, Henar Velasco, una de las organizadoras, expresa la necesidad urgente de que los patrocinadores se involucren más activamente en apoyar a las mujeres en este deporte. La presidenta de Turismoto evoca su propia experiencia de libertad al volver a montar en moto poco después de dar a luz, resaltando que las mujeres también deben tener las mismas oportunidades que los hombres.
Mientras tanto, otras mujeres moteras como Sofía Villalba, de 35 años, reflexionan sobre cómo son percibidas por sus colegas masculinos. Aunque reconoce que la intención detrás de la ayuda de los hombres es buena, Dominique señala que esto mismo sigue siendo un indicativo de machismo. Sabrina Vergonet, con raíces en los Países Bajos, complementa con su experiencia positiva, incluso si a veces se siente como una anómala en un mundo predominado por hombres.
Así, entre cuero, música a todo volumen y un ambiente de camaradería, la concentración Pingüinos de Valladolid se convierte en un espacio para alzar la voz sobre la igualdad y la inclusión en el motociclismo, reflejando no solo el avance en la visibilidad de las mujeres, sino también la lucha constante por el reconocimiento en un deporte que, aunque tradicionalmente masculino, está abriendo sus puertas a la diversidad.