La cefalea en racimos: un enemigo silencioso que afecta desproporcionadamente a los hombres, y una alarmante conexión con la depresión
2024-11-08
Autor: Antonio
Introducción
La cefalea en racimos, también conocida como cefalea de Horton, es un dolor extremadamente intenso que se localiza en un costado de la cabeza, generalmente alrededor del ojo afectado, donde puede provocar enrojecimiento, inflamación y caída del párpado, así como lagrimeo y congestión nasal. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), alrededor de 50.000 personas en España sufren esta afección. Aunque es poco frecuente, su incidencia es hasta 7 veces mayor en hombres que en mujeres, y un preocupante 44% de quienes la padecen también enfrentan problemas de depresión.
Características
El doctor Jorge Mañez, neurólogo del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre y parte del Instituto de Neurociencias Vithas, explica que la cefalea en racimos se caracteriza por episodios de dolor que emergen en grupos o 'racimos'. Estos episodios pueden durar desde 15 minutos hasta 3 horas y a menudo ocurren varias veces al día, especialmente tras quedarse dormido o al despertar. La mayoría de los pacientes son hombres jóvenes de entre 20 y 50 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.
Factores de riesgo
A lo que se suma la falta de información, la herencia genética no parece ser un factor determinante, aunque tener un familiar de primer grado con cefalea en racimos puede incrementar la probabilidad de desarrollarla. Entre los factores de riesgo también se destacan el aumento de histamina o serotonina, hábitos como el consumo de tabaco y alcohol, y el estrés.
Diagnóstico
El diagnóstico de esta afección a menudo se retrasa o se realiza erróneamente, ya que muchas personas consideran el dolor de cabeza como un síntoma normal de estrés, lo que lleva a que más del 57% de los pacientes inicialmente reciba un diagnóstico incorrecto. Además, más del 50% de ellos no recibe el tratamiento preventivo adecuado. Para diagnosticar la cefalea en racimos, los médicos recurren a descripciones detalladas de los síntomas y episodios, así como a pruebas de imagen, como resonancias magnéticas, para descartar otras patologías.
Tratamiento
En cuanto al tratamiento, durante las crisis se utilizan antiinflamatorios y triptanes, similares a los utilizados para tratar la migraña. Sin embargo, una de las técnicas más efectivas es la administración de oxígeno puro al 100%. Para los episodios más crónicos, se opta por un tratamiento preventivo diario que incluye betabloqueantes, antagonistas del calcio y ciertos antiepilépticos, con el fin de reducir la frecuencia y la intensidad de las crisis.
Conclusión
La cefalea en racimos es un trastorno doloroso que no solo afecta la calidad de vida física de quienes lo padecen, sino que también puede tener un impacto emocional devastador. La concienciación y la búsqueda de atención médica son esenciales, ya que cada día muchas personas viven con este dolor intenso sin recibir la ayuda que necesitan.