En los últimos días, los tribunales de Tánger han implementado juicios a distancia mediante el uso de tecnología, debido a un brote de sarampión en la cárcel de Tánger 2, ubicada en el norte de Marruecos.

Las autoridades judiciales optaron por esta medida, que ya se había utilizado durante la pandemia de COVID-19, para asegurar la continuidad de los procesos legales y salvaguardar la seguridad de todos los involucrados: acusados, jueces y abogados.

Según fuentes judiciales, esta decisión fue tomada después de que los juicios presenciales no pudiesen llevarse a cabo, tras recibir informes sobre la preocupante situación de salud dentro del centro penitenciario.

Cabe destacar que los juicios a distancia afectaron exclusivamente a los reclusos de la prisión de Tánger 2, mientras que en la prisión de Asilah, donde no se habían reportado contagios, los juicios continuaron de manera presencial.

En total, se han registrado 47 casos de sarampión en nueve centros penitenciarios en Marruecos, de los cuales 7 reclusos ya se han recuperado. Sin embargo, 40 presos siguen recibiendo tratamiento médico o están en aislamiento.

La Delegación General para la Administración Penitenciaria y la Reinserción confirmó que, en colaboración con el Ministerio de Salud, se ha vacunado a 3,788 reclusos y 84 empleados en un esfuerzo por frenar la propagación del virus.

Además, esta delegación continúa trabajando en actividades preventivas junto con las autoridades sanitarias competentes, potenciando las medidas de higiene y la educación sanitaria dentro de los centros penitenciarios. Es importante recordar que las cárceles representan un entorno propicio para la difusión de enfermedades contagiosas, lo que refuerza la necesidad de tales iniciativas sanitarias.

Por último, los incidentes recientes han abierto un debate crítico sobre las condiciones de salud en las prisiones del país, generando preocupaciones sobre la vulnerabilidad de la población carcelaria ante brotes epidémicos.