Almeida lanza el desafío en Angliru

Joao Almeida, el audaz ciclista portugués del UAE, ha dejado claro que está dispuesto a luchar por el maillot rojo de La Vuelta a España 2025 al imponer su velocidad en el temido ascenso al Angliru. Este puerto, conocido por su dureza, fue testigo de una emocionante batalla en la que Almeida se llevó la victoria sobre el actual líder, Jonas Vingegaard. Sin embargo, el danés del equipo Jumbo-Visma no se quedó atrás; aunque mantuvo el ritmo, no logró lanzar un ataque decisivo al final.

A solo 46 segundos de diferencia tras la 13ª etapa, la contienda por el primer lugar se ha tornado un duelo emocionante entre estos dos titanes del ciclismo. Mientras tanto, el tercer lugar, ocupado por Tom Pidcock, sufrió en la subida, viendo cómo su desventaja con el líder superaba los dos minutos, dejando claro que la Vuelta se está perfilando como una guerra de dos.

Próxima etapa: un reto explosivo en el horizonte

La atención ahora se centra en la decimocuarta etapa, que llevará a los ciclistas desde Avilés hasta el Alto de La Farrapona, recorriendo 135.9 kilómetros. Este nuevo desafío promete ser explosivo y mucho más corto que el ascenso al Angliru, lo que puede cambiar el rumbo de la competencia.

Protestas resaltan el evento deportivo

Este viernes, las tensiones sociopolíticas también hicieron acto de presencia en La Vuelta. Protestas contra la participación del equipo Israel-Premier Tech marcaron el inicio de la etapa 13, con caceroladas que resonaron en Cabezón de la Sal.

Cerca del final, en el inicio del ascenso al temido Angliru, un grupo de manifestantes logró detener brevemente a algunos ciclistas, como Jefferson Cepeda y Bob Jungels, creando un momento de tensión antes de que la policía dispersara a la multitud.

Las protestas, que incluyeron banderas palestinas, se extendieron por varias localidades asturianas, mostrando que La Vuelta no solo es una competición deportiva, sino también un escenario de expresiones sociales.