Javier Jiménez, biólogo: “La Albufera ha salvado vidas, negarse al cambio climático es una aberración”
2024-11-09
Autor: Carlos
En medio de la devastación que ha dejado la reciente DANA, el biólogo Javier Jiménez Romo, con años de experiencia en el Parque Natural de la Albufera, subraya la vital importancia de este ecosistema no solo como un pulmón verde y refugio de biodiversidad, sino también como un amortiguador en episodios de lluvias intensas. Afirmó con convicción: “La Albufera ha salvado vidas, en el Saler no ha habido ni un charco.”
Sin embargo, la situación es alarmante. La tormenta que azotó la región el pasado 29 de octubre no solo dejó un rastro de destrucción sino que también ha transformado la Albufera en un vertedero de residuos, arrastrando con ella plásticos, productos peligrosos y otros desechos. “El drama humano es lo primero, la gente necesita recuperar sus vidas”, expresó Jiménez, pero advirtió que lo que sigue es el análisis del impacto ambiental: “La cantidad de residuos que han llegado ha sido terrible, una mezcla difícil de retirar que incluye vegetación y escombros.”
La tromba de agua arrastró indiscriminadamente desde viviendas y fábricas hasta vehículos, contaminando arrozales y el propio lago de la Albufera: “Antes estábamos preocupados por el estado del lago, pero ahora la situación es brutal.” Sobre la posible contaminación de aguas y sedimentos, Jiménez indicó que primero se deberá atender el drama humano. Sin embargo, su intuición le lleva a considerar que las consecuencias son alarmantes: “Lo que más preocupa son los plásticos y los envases de medicamentos, que se dispersan y son difíciles de eliminar.”
Para Jiménez, la importancia de la Albufera radica en su capacidad para salvar vidas, afirmando que “necesitamos la Albufera, así como ríos y barrancos, porque todo forma parte de un mismo sistema.” Su contundente afirmación sobre la negación del cambio climático como una aberración llama la atención: “La inacción frente al cambio climático es un problema gravísimo. Hace décadas que se nos advirtió sobre eventos como este, y el Mediterráneo es el epicentro del huracán.”
En un análisis de la situación, Eva Tudela, experta de Acción Ecologista-Agró, comentó tras una visita al puerto de Catarroja que las acequias desaguando en arrozales podría ser ideal para evitar que aceites y productos nocivos lleguen directamente a la Albufera, aunque reconoció que algunos barrancos están liberando agua muy contaminada. “Lo que encontramos en el norte del lago es desolador: un mar de cañas mezcladas con plásticos,” advirtió.
El reto mayor, según Tudela, será la retirada de contaminantes invisibles como manchas de aceite y refrigerantes en las aguas, lo que podría transformar la Albufera en un basurero líquido de residuos urbanos. Ignacio Moncho, técnico de la Fundación Assut, calificó la situación como “catastrófica”, aunque se mostró optimista sobre la posibilidad de recuperación del ecosistema: “Es un sistema reversible con gran capacidad de resiliencia, aunque requerirá tiempo y un esfuerzo significativo para abordar los residuos sólidos.”
A medida que se evalúan los daños y se planifican las acciones de restauración, el futuro de la Albufera sigue siendo incierto. Pero una cosa es cierta: la comunidad y los expertos deben unirse para resolver esta crisis y proteger un ecosistema que ha demostrado ser vital para la vida y el equilibrio ambiental de la región.