La isla de Cacho, un pequeño paraíso antártico, se ha hecho famosa no solo por su belleza natural, sino también por el reconocimiento que recibe en honor al destacado científico español Javier Cacho Gómez. Este honor se materializó tras la desaparición de parte del hielo que cubría la isla Snow, a través de la cual se confirmó la existencia de varias islas en la Península Antártica, revelando una región llena de secretos geográficos.

En febrero de 2024, la expedición Antártica de la Sociedad Geográfica Española (SGE), liderada por Cacho, logró cumplir el anhelo de visitar esta isla que lleva su nombre desde que el Comité Científico para la Investigación en la Antártida la nombró oficialmente en 2020. Este acto no solo representa un homenaje a su contribución científica, sino que también destaca la colaboración internacional en la investigación del continente helado.

Javier Cacho, nacido en Madrid en 1952, es un experto de renombre en estudios antárticos y ha publicado más de diez libros que abordan la historia y características de este continente. Su labor también se extiende al estudio de la química atmosférica y la capa de ozono, siendo coautor del primer libro de divulgación sobre este tema en España. Su trayectoria incluye ser responsable del Laboratorio de Estudios de la Atmósfera en el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial de España (INTA) y participar en la primera expedición científica española a la Antártida.

Un toque especial para esta isla es su nuevo sello de correos, que celebra su estatus, una iniciativa impulsada por Carlos Court, un médico argentino afincado en España, quien tuvo la idea de emitir un sello conmemorativo en honor a esta pequeña población.

En un evento destacado que se llevará a cabo el 12 de noviembre en el Instituto Geográfico Nacional, se presentará oficialmente este sello. La ceremonia contará con la participación de importantes figuras como Juan Ignacio Entrecanales y Nuria Lera, además del homenajeado Cacho. Al finalizar el evento, se llevará a cabo el emotivo matasellado.

La historia de la visita de Javier Cacho a su namesake, la isla de Cacho, es un relato de perseverancia y emoción. Antes de este viaje, nunca había puesto pie en la isla, a pesar de haber estado cerca en expediciones anteriores. El acercamiento a la isla fue posible gracias a la colaboración con el barco oceanográfico búlgaro, que facilitó un desembarco. "Fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida; allí, desplegué la bandera de España, un símbolo de nuestras investigaciones en la región", compartió Cacho, recordando la complicidad de la tripulación y la SGE en ese instante único.

La isla de Cacho no solo es un nombre en un mapa; es una celebración de la ciencia, la cooperación internacional y un símbolo de lo que puede lograrse a través de la pasión por la exploración y el conocimiento. Con su historia, su sello y la figura de Javier Cacho, esta joya polar sigue atrayendo la atención y la admiración de científicos y entusiastas por igual.