La tenista rusa Daria Kasatkina, número 12 del mundo, ha decidido dar un audaz paso hacia la libertad personal al cambiar su nacionalidad y representar a Australia en el circuito de la WTA. Esta decisión llega tras años de represión y hostigamiento hacia la comunidad LGTB en su país natal, donde ser abiertamente homosexual es un acto de valentía que puede acarrear graves consecuencias.

Kasatkina comenzará a competir bajo la bandera australiana en el torneo de Charleston, que inicia esta semana. "Estoy muy feliz de comenzar este nuevo capítulo en mi vida. Con todo lo que está ocurriendo en Rusia, no me quedaban muchas opciones. Para mí, siendo abiertamente homosexual, si quiero ser yo misma, tengo que dar este paso", afirmó la tenista en una emotiva declaración.

El proceso de cambio de nacionalidad fue facilitado por la Federación de Tenis de Australia, y aunque reconoce que le costará adaptarse a esta nueva realidad, se siente emocionada por representar a su nuevo país. "Me siento diferente, no voy a mentir. Es emotivo para mí. Tengo que acostumbrarme, pero estoy muy feliz de empezar este nuevo capítulo en mi vida representando a Australia en el gran escenario", añadió Kasatkina, quien se ha convertido en la número 1 australiano.

La tenista ha estado residiendo en Dubái durante más de dos años, lejos de la represión en Rusia, y competía bajo bandera neutral debido a las restricciones que enfrentan los atletas rusos tras la invasión de Ucrania. A lo largo de este tiempo, Kasatkina se ha manifestado en contra de las decisiones del gobierno de Vladimir Putin, convirtiéndose en una de las pocas figuras públicas que han alzado la voz por los derechos de la comunidad LGTB en su país.

La valentía de Kasatkina ha generado reacciones en su país, llegando al punto de que un político ruso pidiera que se la incluyera en una lista de 'espías' por su relación con la famosa cantante Zemfira, quien también abandonó Rusia en 2022 y a quien se ha etiquetado como una "agente extranjera". Esta situación subraya los riesgos y desafíos que enfrentan los individuos que se atreven a vivir su verdad en un entorno hostil.

Daria Kasatkina no solo da el paso para salvaguardar su bienestar, sino que también se convierte en un símbolo de resistencia para quien busca un mundo más inclusivo y libre. ¡El cambio está en marcha y su historia es una inspiración para todos!