El Real Madrid casi se enfrenta a una catástrofe en su último partido, gracias a dos decisiones sorprendentes por parte del árbitro. Vinicius Júnior y Endrick, dos de los pilares del equipo, pudieron haber costado muy caro al conjunto blanco por sus acciones temerarias. En un mundo donde la más mínima protesta puede llevar a sanciones, sorprende que el árbitro no sancionara adecuadamente su comportamiento.

Vinicius, al ser sustituido por Fran García, se retiró sonriendo y aplaudiendo, pero su queja sobre el tiempo de descuento casi lo saca del partido con una segunda amarilla, lo que lo habría dejado fuera del crucial derbi contra el Atlético de Madrid. No es la primera vez que las decisiones arbitrales generan polémica, y su amonestación por una queja menor provocó confusión entre los aficionados. La pregunta que todos se hacen es: ¿por qué no se sancionan de manera más contundente las actitudes provocativas en el campo?

Por otro lado, el joven Endrick también estuvo al borde de la expulsión tras una patada violenta a Mouriño en una jugada desafortunada donde no había balón de por medio. En un momento donde la tensión se podía cortar con un cuchillo, el árbitro optó por mostrar solo tarjeta amarilla, ignorando lo que muchos consideraron una clara agresión. Lo más sorprendente fue que el VAR no intervenía, dejando a los aficionados preguntándose si existe un criterio claro sobre lo que se considera roja.

A pesar de las decisiones arbitrales, el Real Madrid logró mantener el control del partido. Sin embargo, estas situaciones hacen que la afición se pregunte qué hubiera pasado si se decidiera aplicar la ley con mayor rigor. Con un derbi inminente y la presión aumentando, la esperanza es que estos jóvenes talentos puedan aprender de la experiencia y que los árbitros sean más consistentes en sus decisiones. Está claro que el nuevo fútbol necesita urgentemente un análisis más profundo y coherente en las sanciones.