Beata Halassy, una viróloga de la Universidad de Zagreb, Croacia, sorprendió al mundo científico al auto-administrarse un tratamiento innovador para su cáncer de mama, que fue diagnosticado en 2020. Halassy, quien ya había pasado por una mastectomía, descubrió que el cáncer había regresado en el mismo lugar. En lugar de optar por un tratamiento convencional, decidió inyectarse virus cultivados en su laboratorio directamente en el tumor.

Este enfoque no convencional está reabriendo el debate sobre la ética de la autoexperimentación en medicina. Muchos especialistas aplauden la audacia de Halassy, al tiempo que se muestran cautelosos sobre las implicaciones de permitir que investigadores realicen pruebas en sí mismos.

En el contexto de estos avances, científicos españoles también están explorando el uso de virus como una nueva herramienta terapéutica contra el cáncer de páncreas, un tipo de cáncer que tiene una de las tasas de mortalidad más altas. Se reporta que estos ensayos iniciales están mostrando resultados prometedores, lo que podría abrir nuevas vías de tratamiento para distintas formas de cáncer.

Mientras tanto, la historia de Beata Halassy plantea preguntas cruciales sobre cómo se aborda la investigación médica y el papel del investigador en su propio tratamiento. Aunque su experiencia es única, el potencial de utilizar virus en la lucha contra el cáncer podría transformar el panorama oncológico tal como lo conocemos. La comunidad científica observa con atención los próximos pasos de este enfoque innovador.