La reciente subasta de un retrato de Alan Turing, realizado por Ai-Da, un sofisticado robot de inteligencia artificial, ha alcanzado la asombrosa cifra de más de un millón de dólares. Esta venta no solo simboliza una victoria para el arte contemporáneo, sino que también resalta la creciente fusión entre la tecnología de IA y el mundo del arte.

Ai-Da, quien ha sido reconocida como uno de los robots más avanzados, fue diseñada por el experto en arte Aidan Meller, y su objetivo es provocar discusiones sobre las tecnologías emergentes. Como ella misma afirmó: «El valor clave de mi trabajo es su capacidad para servir como catalizador del diálogo sobre las tecnologías emergentes». Este retrato invita a la audiencia a reflexionar sobre las profundas implicaciones éticas y sociales de la inteligencia artificial.

La obra fue creada tras un proceso interactivo donde Ai-Da recibió preguntas sobre estilo, color y contenido de su equipo creativo. Al ser alimentada con una fotografía de Turing, el robot generó una pintura que combina elementos visuales innovadores con un trasfondo histórico significativo.

Además de este emocionante logro, Ai-Da exhibió su obra 'AI God' en la Cumbre Global AI for Good en Ginebra, donde presentó un poliptico que no solo incluía el retrato de Turing, sino también una pintura de Ada Lovelace, pionera de la computación, y un autorretrato de la propia Ai-Da. Esta conexión visual mostró la evolución de la IA desde sus raíces teóricas hasta su aplicación en el arte contemporáneo.

Meller, quien lidera un equipo que incluye especialistas de IA de universidades de renombre como Oxford y Birmingham, comentó sobre la relevancia de Turing en el contexto actual de la IA. Turing, cuyas contribuciones durante la Segunda Guerra Mundial fueron fundamentales, ya había advertido sobre los desafíos de gestionar la IA en los años 50. Meller señala que «los tonos apagados y los planos faciales rotos» de la obra de Ai-Da reflejan esos mismos retos que Turing anticipó.

Este tipo de obras, que Ai-Da produce, son descritas como «etéreas e inquietantes», y continúan planteando interrogantes sobre las direcciones que tomará la tecnología en el futuro. En una era donde la IA está cada vez más presente en nuestras vidas, la creación de Ai-Da resalta la importante intersección entre arte y tecnología, invitando a la sociedad a unirse a la conversación sobre el futuro de la inteligencia artificial y su impacto en la humanidad.