Los recientes ataques israelíes en el Líbano han dejado un saldo devastador de al menos 82 muertos y 180 heridos, según el Ministerio de Salud libanés. Este trágico evento marca el mayor número de muertes en un solo día desde el 30 de septiembre, destacando la intensificación de la violencia en la región.

Los ataques se concentraron en el este del Líbano, afectando a varias ciudades y pueblos en las gobernaciones de Baalbek-Hermel y Beqaa. Desde mediados de septiembre, más de 2,100 vidas han sido perdidas en el Líbano debido a la intensificación de la campaña militar israelí contra Hezbollah.

En Gaza, la situación es igualmente catastrófica. Al menos 93 personas, incluidos 25 niños, perdieron la vida en un ataque israeli a un edificio de varios pisos en Beit Lahiya. Este ataque ha sido calificado por grupos de derechos humanos como uno de los más mortales en casi tres meses. David Avraham, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), defendió la operación asegurando que se estaban atacando a presuntos terroristas y que se había ordenado la evacuación de civiles con antelación.

La ONU ha expresado su horror ante la brutalidad del ataque y ha llamado a una investigación exhaustiva para responsabilizar a los culpables. Mientras tanto, los palestinos en Gaza sufren enormemente no solo por los ataques, sino también por la reciente prohibición del parlamento israelí a la UNRWA, la agencia de la ONU que ofrece servicios esenciales a los refugiados palestinos. Muchos habitantes de Gaza dependen de esta agencia para sobrevivir, dejando a miles sin acceso a comida y medicinas en medio de una crisis creciente.

Ghalia Abd Abu Amra, una mujer de 70 años desplazada por la guerra, dijo: “¿Quién nos va a alimentar sin la UNRWA? Nos han quitado nuestras casas, ¿ahora también quieren quitar la UNRWA?” Las palabras de Ghalia resuenan en los corazones de muchos que se sienten abandonados y sin esperanza.

El nuevo líder de Hezbollah, Naim Qassem, ha sido elogiado por la alta dirección iraní por su compromiso de fortalecer la resistencia contra Israel, especialmente luego de la muerte de su predecesor, Hassan Nasrallah. La situación regional es tensa mientras las fuerzas israelíes continúan sus operaciones en el norte de Gaza, lo que ha causado ocupadas cifras de muertes civiles y una creciente preocupación internacional.

La ONU advirtió que más del 90% de la población de Gaza enfrentará inseguridad alimentaria severa para noviembre, debido a la falta de ayuda humanitaria y suministros alimentarios esenciales. Durante octubre, se entregaron solo 5,000 toneladas de alimentos, apenas 20% de la asistencia básica necesaria para la sobrevivienda de 1.1 millones de personas.

Los enfrentamientos no se limitan únicamente a Gaza, ya que ataques recientes también han impactado a la fuerza de paz de la ONU en el Líbano, donde ocho soldados austriacos resultaron heridos tras un ataque de cohetes, lo que nos recuerda que la tensión en la región va más allá de cualquier frontera.

La inacción de la comunidad internacional genera críticas, ya que muchos reclaman que se tomen medidas efectivas para abordar esta crisis humanitaria, la cual está afectando no solo a los combatientes, sino, más alarmantemente, a civiles inocentes atrapados en medio de este fuego cruzado.

Con las negociaciones de alto el fuego en curso y el futuro incierto, la pregunta que persiste es: ¿cómo se podrá encontrar una solución duradera a este conflicto que ha cobrado tantas vidas?