A pesar de su alta capacidad de prevención y tratamiento, el ictus ha experimentado un alarmante aumento a nivel global entre 1990 y 2021. Este fenómeno se debe no solo al crecimiento y envejecimiento de la población, sino también a una mayor exposición a factores de riesgo ambientales y conductuales, según un nuevo análisis del Estudio de la Carga Global de Enfermedades, Lesiones y Factores de Riesgo (GBD), publicado en la prestigiosa revista The Lancet Neurology. El estudio destaca tres causas sorprendentes que explican el aumento de casos: la contaminación, las altas temperaturas y los factores de riesgo metabólicos.

¡Prepárate para los números! En 2021, 11.9 millones de personas sufrieron un nuevo ictus, un asombroso incremento del 70% desde 1990. Además, el número de sobrevivientes de ictus alcanzó los 93.8 millones (un aumento del 86%), mientras que las muertes relacionadas con esta condición subieron a 7.3 millones, lo que convierte el ictus en la tercera causa principal de muerte a nivel mundial, solo superada por la cardiopatía isquémica y la COVID-19. Más de tres cuartas partes de las personas afectadas por accidentes cerebrovasculares residen en países de ingresos bajos y medios, lo que resalta un problema de salud pública crítico.

Desde 1990 hasta 2021, se ha registrado un aumento significativo en la carga de ictus relacionada con diferentes factores: el índice de masa corporal elevado (88%), altas temperaturas (72%), niveles de azúcar en sangre altos (32%), una dieta rica en azúcares (23%) y falta de actividad física (11%). Sorprendentemente, a pesar de este aumento global, cuando se ajustan los datos demográficos por edad, se observa una tendencia a la baja en las tasas de incidencia, prevalencia y mortalidad relacionadas con el ictus, especialmente en países de todos los niveles de ingresos: 22% menos en incidencia, 8% menos en prevalencia y 39% menos en mortalidad.

El profesor Valery L. Feigin, principal autor del estudio y destacado académico de la Universidad Tecnológica de Auckland, advierte sobre la creciente carga del ictus, argumentando que las estrategias actuales de prevención son inadecuadas. "Es imperativo que se implementen nuevas estrategias de prevención que sean efectivas a nivel poblacional y accesibles para todos los individuos en riesgo, como se sugiere en la reciente Comisión de Neurología sobre Accidentes Cerebrovasculares de The Lancet".

Este estudio se basa en análisis previos del GBD y proporciona la evaluación más actual y detallada sobre la carga del ictus en el mundo. Los hallazgos servirán como guía para la planificación de la salud, la prevención y la asignación de recursos. Ahora más que nunca, es vital tomar acción y concienciar sobre la prevención del ictus para salvar vidas y mejorar la calidad de vida global.