¡Increíble revelación en Pompeya! La madre del brazalete dorado era en realidad un hombre y su hijo no era su hijo
2024-11-07
Autor: Lucia
Una investigación internacional revolucionaria ha utilizado las más avanzadas tecnologías de análisis genético sobre los restos de 14 habitantes de Pompeya, quienes perdieron la vida en la catástrofe provocada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Este evento, que sepultó y preservó la ciudad bajo capas de ceniza, ha sido foco de estudio desde que se comenzaron las excavaciones en el siglo XVIII por el militar español Roque Joaquín de Alcubierre.
Durante sus excavaciones, Alcubierre logró descubrir numerosas estatuas, frescos y otros objetos de la antigua ciudad, aunque inicialmente pensó que estaba en Estabia, un puerto cercano. A medida que se llevaron a cabo las excavaciones, los arqueólogos del siglo XIX encontraron cuerpos huecos que más tarde fueron rellenados con escayola para crear moldes. Entre estos hallazgos se encontraba una figura icónica: una mujer con un brazalete de oro y un niño en su regazo. Sin embargo, nuevos análisis revelan que esta conmovedora imagen esconde una asombrosa verdad.
El análisis de ADN recientemente realizado, que incluye el estudio de 86 moldes restaurados, ha demostrado que las identidades de estas figuras son completamente distintas a lo que se creía. La madre que portaba el brazalete dorado de más de 30 quilates era en realidad un hombre adulto, el cual no tenía ninguna relación biológica con el niño al que sostenía. Este hallazgo desafía las nociones tradicionales de género y parentesco en el mundo antiguo.
Asimismo, se examinó el famoso molde conocido como “las dos hermanas”, que también resultó ser un hombre y otra persona de género indeterminado. Investigaciones anteriores ya sugerían que estas figuras podían ser de dos hombres, quizás amantes, lo que añade una nueva dimensión a la percepción de las relaciones humanas en Pompeya.
Alissa Mittnik, arqueogenetista del Instituto Max Planck, destacó en sus declaraciones que, aunque se han hecho estudios de ADN previos en Pompeya, este es el más amplio y detallado hasta la fecha. “Intentamos evitar prejuicios en la interpretación de la evidencia arqueológica”, afirmó, sugiriendo que es fundamental abrirse a diferentes explicaciones más allá de lo que nuestro entendimiento contemporáneo podría asumir.
Por su parte, David Caramelli, coautor del estudio y antropólogo de la Universidad de Florencia, subrayó cómo el análisis genético puede aportar nuevos capítulos a la narrativa histórica construida a partir de datos arqueológicos. Otra de las implicaciones significativas de este estudio es la revelación de los orígenes de los pompeyanos, que mostraron vínculos más cercanos con el este del Mediterráneo, desafiando la creencia convencional de que la mayoría provenía de la península itálica.
Este tipo de evidencia genética no solo transforma nuestra comprensión de la historia, sino que también ofrece un panorama más amplio sobre la diversidad cultural y la demografía del Imperio Romano, donde muchas personas provenían de regiones como Turquía y Grecia. El arqueólogo Patxi Pérez-Ramallo enfatizó que estos hallazgos invitan a una interpretación más matizada de las dinámicas sociales de la época, enriqueciendo el debate histórico y arqueológico.
A medida que se avanza en la investigación, estas revelaciones continúan abriendo un nuevo camino hacia la comprensión de las complejas realidades de la vida en Pompeya antes de su destrucción.