Un encuentro inesperado con el pasado

Una especie de tiburón que se pensaba extinta ha sorprendido al mundo marino al ser redescubierta por pescadores en Papúa Nueva Guinea. El tiburón vela, conocido científicamente como Gogolia filewoodi, no había sido avistado desde 1973, convirtiéndose en una leyenda entre los biólogos marinos.

El asombroso hallazgo

El descubrimiento se produce en el contexto de un proyecto de investigación liderado por Jack Sagumai y su equipo del Fondo Mundial para la Naturaleza del Pacífico. Durante el análisis de fotografías tomadas por pescadores locales en marzo de 2020, se identificaron cinco tiburones pequeños con la peculiar aleta dorsal que caracteriza a esta especie, todos hembras y de menos de un metro de largo.

Más pruebas del misterio

Además, en 2022, un pescador logró capturar un macho en las proximidades de la bahía Astrolabe, fortaleciendo así la evidencia de la existencia de esta misteriosa especie.

¿Extinción o sólo tímido?

Aunque estos avistamientos son un gran avance, los lugareños afirman que el tiburón vela suele aparecer en sus faenas de pesca, sobre todo cerca de las corvinas. Este tiburón podría ser una especie microendémica, restringida a un área específica, aunque se cree que en el pasado pudo habitar un rango más amplio entre Indonesia y Papúa Nueva Guinea.

Desentrañando el enigma del tiburón vela

La biología del tiburón vela sigue siendo un enigma. Solo se conservan dos ejemplares en la Universidad de Papúa Nueva Guinea, limitando los estudios de esta especie. Para abordarlo, investigadores están colaborando con expertos de Australia y Florida para realizar análisis genéticos que ayudarán a monitorear la población y su diversidad.

Una oportunidad para la biodiversidad

Este redescubrimiento subraya la importancia de la colaboración entre comunidades locales y científicos. Abre una nueva etapa de investigación que puede salvar no solo al tiburón vela, sino también a muchas otras especies que enfrentan la amenaza de la extinción.

El tiburón vela, así, no es solo un hallazgo espectacular, sino un símbolo de esperanza y un llamado a la acción en la conservación de la biodiversidad de nuestros océanos.