Muchos estudios recientes en neurociencia y psicología evidencian que estar en contacto con el mar, ríos o lagos se correlaciona de manera contundente con nuestro bienestar emocional y físico.

Un ejemplo claro es el de Marcos Rodriguez Sierra, quien a finales de 2018 decidió dejar atrás su bulliciosa vida en Buenos Aires para mudarse a Mar del Plata, con la intención de surfear cada día. Tras un año de escapadas constantes a la costa, él se dio cuenta de que el ritmo acelerado de la ciudad ya no le beneficiaba. Su historia resuena con muchos que anhelan un cambio hacia entornos más naturales. ¿Acaso tú también te has sentido así?

La conexión intrínseca entre el ser humano y el agua no es nueva. Desde tiempos ancestrales, civilizaciones han reconocido el agua no solo como fuente de vida, sino como un espacio esencial para la renovación y tranquilidad. Desde los baños termales romanos hasta la paz que se siente al contemplar un lago, el agua ha sido la clave para nuestro bienestar emocional.

La ciencia ha respaldado esta conexión con evidencias soberbias. Wallace J. Nichols, un biólogo marino, formalizó esta idea como "Blue Mind". En su bestseller del mismo nombre, revela cómo estar cerca o en el agua mejora nuestra felicidad, salud y creatividad, aliviando el estrés y fomentando una profunda conexión con nosotros mismos y con los demás.

La Biofilia Marina

Nichols introduce el término de la biofilia marina, sugiriendo que nuestra atracción por el agua se originó a través de millones de años de evolución. El cuerpo humano, compuesto en un 70% por agua, responde positivamente al estar cerca de ella. El sonido de las olas y la vista del mar provocan una reacción neuroquímica en nuestros cerebros, liberando hormonas como la dopamina y la oxitocina, que nos hacen sentir bien.

Los beneficios son cuantificables. Un estudio de la Universidad de Exeter muestra que las personas que viven a menos de un kilómetro de la costa reportan una notable mejora en su salud mental. Además, la psicóloga Mariana Kerestezachi reporta que cerca del agua, nuestros niveles de ansiedad disminuyen, y eso se traduce en una calidad de vida más alta.

Beneficios físicos y psicológicos

Vivir cerca del agua no solo mejora la salud mental; también está relacionado con una mejor salud física. El proyecto BlueHealth, financiado por la Unión Europea, destaca que el contacto regular con entornos acuáticos está asociado con menores tasas de enfermedades crónicas y una mejor calidad del sueño. La exposición a ambientes marinos o fluviales también ayuda a aliviar condiciones respiratorias, como asma.

Kerestezachi respalda estos hallazgos, sugiriendo que nadar en el mar o simplemente pasar tiempo cerca de él puede resultar en mejoras significativas en nuestro bienestar emocional. Como mínimo, dedicar unas pocas horas a la semana al contacto con el agua puede marcar una diferencia notable.

La creatividad y el refugio emocional

Nichols también conecta el agua con un aumento en la creatividad. Estar cerca del agua nos permite desconectar del ruido y estrés cotidiano, fluyendo en un estado de conciencia donde las ideas surgen naturalmente.

Además, el agua se convierte en un refugio emocional. La investigadora Catherine Kelly sostiene que la terapia basada en el agua ofrece un medio poderoso para sanar traumas emocionales. La posibilidad de nadar, surfear o simplemente meditar al lado del mar puede funcionar como un muy necesario escape, proporcionando paz y claridad mental.

Asombro y fascinación

Actividades acuáticas como nadar o surfear inducen un “estado de flujo”, donde nos sumergimos completamente en la experiencia y calmamos nuestra mente. El agua genera una gloriosa sensación de asombro, razón por la cual muchos encuentran la paz solo al estar frente a la inmensidad del océano.

En resumen, la separación entre el ser humano y el agua es irreal. La ciencia apoya lo que muchos ya han sentido: ¡vivir cerca del agua puede ser el primer paso hacia una vida más feliz y saludable! Si aún no lo has experimentado, quizás es hora de considerarlo. Recuerda, ¡la felicidad puede estar a solo un chapuzón de distancia!