Gracias a la inteligencia artificial (IA), un grupo de arqueólogos ha realizado un descubrimiento asombroso en el desierto de Nazca, Perú: han encontrado 303 geoglifos en solo unos meses, casi la misma cantidad que se había descubierto en el último siglo. Estos nuevos hallazgos no solo enriquecen el patrimonio cultural de la humanidad, sino que también ofrecen pistas fascinantes sobre las posibles funciones de estas enigmáticas figuras, creadas por una civilización hace más de 2.000 años.

El desierto de Nazca, que se extiende por unos 500 kilómetros cuadrados y se sitúa a 500 metros sobre el nivel del mar, posee condiciones climáticas únicas. Las escasas lluvias, el calor constante y el suelo seco han propiciado la conservación de líneas y figuras en la tierra. Estas creaciones, hechas mediante la disposición de piedras, revelan una primera capa de color rojizo y una segunda capa amarillenta, que sirvió de base para estos geoglifos. Los arqueólogos han clasificado las figuras en dos grandes tipos: las líneas rectas y las figuras de relieve más pequeñas, como el famoso colibrí, la rana y la ballena descubiertos en épocas anteriores.

Desde los años 30, se habían identificado cerca de un centenar de geoglifos, pero fue a partir de 2004 que un equipo de arqueólogos japoneses liderado por Masato Sakai descubrió 318 más mediante el uso de imágenes satelitales. Ahora, con el apoyo de IBM y su sistema Watson, Sakai y su equipo han podido rastrear aún más figuras ocultas. Este innovador uso de la IA ha acelerado el proceso de localización de los geoglifos, que se encuentran dispersos en una vasta área que apenas ha sido exhaustivamente estudiada. ¡Imagina el tiempo que habría tomado hacer este trabajo a mano!

La IA analizó vastas cantidades de imágenes de alta resolución y generó 1.309 candidatos, de los cuales 303 resultaron ser nuevos geoglifos. Todo el proceso de descubrimiento se llevó a cabo entre septiembre de 2022 y febrero de 2023. Según un artículo publicado en la revista científica PNAS, estos hallazgos han elevado a 50 el número total de figuras grandes y a 683 la cantidad de geoglifos de relieve, lo que cambia nuestra comprensión de esta cultura antigua.

Además, los investigadores han detectado patrones interesantes en los nuevos geoglifos. Mientras que muchas de las figuras representaban elementos de la naturaleza, como animales y plantas, un porcentaje significativo de los geoglifos de relieve (casi el 82%) muestra elementos humanos o modificados. Sakai explica que muchas de estas figuras presentan cabezas decapitadas, sugiriendo posibles rituales de sacrificio humano.

La ubicación de estos nuevos hallazgos también aporta pistas sobre su función. Las figuras de relieve están cerca de antiguos caminos utilizados por los peregrinos, lo que sugiere que podrían haber sido creadas intencionadamente para ser vistas durante estos recorridos. Por otro lado, los geoglifos lineales están situados estratégicamente en los puntos de inicio y fin de las rutas hacia el centro ceremonial de Cahuachi, un sitio de gran importancia espiritual para la cultura Nazca entre el siglo anterior y el 500 d.C.

Aunque los investigadores plantean estas teorías, no descartan otras funciones posibles de los geoglifos, como calendarios o mapas astronómicos. Lo que sí es seguro es que esta revolución que la inteligencia artificial está trayendo al campo de la arqueología podría continuar desvelando los misterios de antiguas civilizaciones, proporcionando un presente emocionante para el estudio del pasado.