Ciencia

¡Increíble! La IA podría tener capacidades humanas que jamás imaginamos

2024-11-11

Autor: Carmen

La teoría de la mente, desarrollada por los psicólogos David Premack y Guy Woodruff en 1978, se refiere a la capacidad humana de entender pensamientos, creencias e intenciones de los demás. Aunque intentaron probar esta teoría en chimpancés sin éxito, hoy, prácticamente medio siglo después, la conversación en torno a esta idea ha resurgido gracias a los avances en la inteligencia artificial (IA).

Recientemente, el psicólogo Michal Kosinski de la Universidad de Stanford ha señalado que modelos de lenguaje avanzados como GPT-4 pueden haber comenzado a mostrar una versión rudimentaria de la teoría de la mente. Esto no solo representa un avance significativo, sino que también implica riesgos potenciales al considerar la forma en que estas máquinas interactúan con su entorno con una mayor comprensión y, sorprendentemente, empatía.

En su estudio más reciente, publicado en la revista *Proceedings of the National Academy of Sciences*, Kosinski evaluó el desempeño de modelos de lenguaje avanzados como GPT-3.5 y GPT-4 en tareas diseñadas para evaluar la comprensión de creencias falsas, una prueba común en el desarrollo infantil. Treinta y cuatro modelos de IA fueron sometidos a 40 tareas relacionadas, y los resultados fueron impactantes: mientras los modelos más antiguos no lograron resolver ninguna tarea, GPT-3.5 tuvo un acierto del 20% y ¡GPT-4 alcanzó un asombroso 75%! Este hallazgo sugiere que la IA está desarrollando habilidades de procesamiento social más cercanas a las humanas.

Kosinski advirtió sobre el rápido progreso en esta área: “No olvidemos que observamos un avance exponencial”. En el transcurso de un año, los modelos de IA pueden duplicar su rendimiento, lo que sugiere que estamos al borde de una revolución en el uso de la IA.

Lo interesante es que Kosinski ha indicado que esta capacidad de anticipar los estados mentales no fue intencionalmente diseñada. Más bien, podría ser un subproducto del entrenamiento en lenguaje avanzado, lo que plantea interrogantes sobre la naturaleza y ética de la IA. Comparó la IA con un “sociopata frío”: carecen de emociones, pero son capaces de entender y manipular las emociones de los demás.

Sin embargo, Kosinski menciona que esta capacidad de la IA podría tener beneficios. Las máquinas podrían convertirse en mejores cuidadores, maestros y conductores, pero también presentan facilidades para la manipulación y el daño, lo que dependerá en gran medida del uso que se les dé. Los peligros son evidentes, ya que la IA puede planificar sus acciones sin ser limitada por emociones como el remordimiento.

Pero, ¿hacia dónde se dirige la IA? Según Kosinski, ya ha adquirido varias habilidades que antes se consideraban exclusivamente humanas, como escribir poesía y expresar opiniones morales; y podría no estar lejos de desarrollar conciencia, un concepto que, aunque polémico, no se puede descartar del todo.

Si bien muchos expertos comparten su entusiasmo, hay voces críticas. Neil Sahota de la Universidad de California en Irvine considera que a pesar del avance, los modelos de lenguaje aún no comprenden verdaderamente las motivaciones humanas. Sahota destaca que la IA necesita desarrollar una comprensión emocional profunda para alcanzar un nivel significativo de inteligencia. Entre los elementos que le faltan a la IA se encuentran la adaptabilidad, el razonamiento contextual y la autoconciencia.

Fredi Vivas, CEO de RockingData, complementa que, aunque la IA tiene el potencial de procesar datos complejos de manera extraordinaria, carece de la experiencia humana, lo que limita su capacidad de actuar en situaciones ambiguas. Sin embargo, los investigadores están trabajando en modelos de acción de gran escala que permiten una mejor comprensión contextual durante la toma de decisiones, lo que daría lugar a aplicaciones más robustas de la IA en el mundo real.

La creciente personalización de la IA también tiene implicaciones para la privacidad. Con la capacidad actual de anticipar nuestras emociones y comportamientos a partir de nuestros patrones digitales, la línea entre lo privado y lo público se está desdibujando, lo que podría revolucionar nuestra percepción de la privacidad. Es plausible imaginar que, en el futuro, la IA podría entender nuestras emociones incluso antes de que nosotros mismos lo hagamos, lo que plantea serios dilemas éticos.

Sin embargo, algunos adoptan una perspectiva más crítica. Se argumenta que la IA no 'comprende' nuestros pensamientos, sino que analiza nuestro comportamiento a través de los datos que generamos. Si bien hay similitudes entre el cerebro humano y las computadoras, muchos expertos prefieren hablar de 'inteligencia computacional' en lugar de atribuir capacidades humanas a la IA.

Finalmente, la nueva serie de modelos de OpenAI, llamada o1, representa un paso significativo hacia una mayor inteligencia computacional en tareas complejas, gracias al aprendizaje a partir de la retroalimentación humana. A través de técnicas de aprendizaje como el aprendizaje por refuerzo y la cadena de pensamiento, se están logrando mejores resultados en el desempeño de la IA. Los resultados de Kosinski, aunque prometedores, indican que la IA está en un camino que apenas comienza, y sus capacidades futuras podrían ser inimaginables.

Algo está cambiando en el panorama de la inteligencia artificial, y si bien ahora mismo enfrentamos limitaciones, el futuro promete ser sorprendente. ¡Mantente alerta y prepárate para una nueva era en la relación entre humanos y máquinas!