En la inmensidad de la web, incluso las páginas más profundas pueden contener secretos valiosos. Un asombroso ejemplo de esto es el descubrimiento realizado por Luke Auld-Thomas, un investigador estadounidense de la Universidad de Tulane, quien navegando en la página 16 de los resultados de Google, desenterró información sobre una impresionante zona arqueológica en Campeche, México.

Durante su búsqueda, Auld-Thomas se topó con un estudio realizado por una organización mexicana de monitoreo ambiental, que estaba publicado en la revista científica Antiquity, de la Universidad de Cambridge. Este estudio utilizó tecnología de sondas láser para detectar objetos enterrados, enviando señales desde un avión y analizando el tiempo que tarda en regresar al receptor. Este avance tecnológico ha revolucionado la arqueología, permitiendo descubrir civilizaciones ocultas sin necesidad de excavaciones masivas.

Según el informe, los artefactos que se hallaron pertenecen a una antigua ciudad maya, que se cree fue una de las más grandes y desarrolladas de su tiempo. Se estima que entre los años 750 y 850 d.C., esta ciudad albergaba entre 30.000 y 50.000 habitantes, segmentados en al menos dos centros urbanos separados por 2 kilómetros, que parecen haber estado conectados por vías significativas, posiblemente utilizadas para el comercio y la comunicación.

Este descubrimiento no solo proporciona un vistazo fascinante a la antigua civilización maya, sino que también muestra cómo herramientas modernas y una búsqueda perseverante pueden llevar a arqueólogos y científicos a un tesoro de información sobre culturas pasadas. El equipo de investigación planea continuar su estudio en la región, esperando encontrar más evidencias que revelen los misterios de esta civilización olvidada. ¡El futuro de la arqueología es más brillante que nunca!