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Increíble caso en Girona: La Policía desaloja a propietarios para devolver su casa a okupas con causa penal abierta

2025-01-06

Autor: José

La ocupación de viviendas se ha convertido en una de las problemáticas más severas que afectan al sector inmobiliario en España. Aunque se está trabajando en una nueva ley que pretende acelerar los procesos judiciales relacionados con este fenómeno, los plazos se siguen alargando. En promedio, la recuperación de una vivienda ocupada puede tardar entre cuatro y nueve meses. La reciente Ley de Eficiencia del Servicio de la Justicia, publicada en el Boletín Oficial del Estado, promete extender la duración del litigio a tan solo 15 días, aunque su implementación está en riesgo por la oposición de partidos como Podemos.

Un caso que ha captado la atención de muchas personas es el que hizo viral Jordi Riera i Alsina a través de sus redes sociales. Este incidente, que ocurrió en Girona, es un claro ejemplo de la desesperante situación que viven muchos propietarios en España.

La historia impactante de Girona

Todo comenzó el 3 de enero, cuando Jordi recibió un aviso de un vecino sobre ruidos extraños en su vivienda. Al llegar con su padre, se encontraron con signos evidentes de una intrusión: el interior estaba desordenado, con residuos y mantas esparcidas por doquier. Habían destrozado la tapia que habían construido tras otro intento de ocupación anterior. Alarmados, decidieron llamar a un albañil para asegurar la propiedad.

El enfrentamiento con los okupas

Mientras esperaban la llegada del albañil, un hombre bien vestido, aparentando alrededor de 35 años, se presentó en la puerta exigiendo entrar en la casa. Al negarse, el individuo se retiró, pero pronto regresó con dos cómplices, quienes comenzaron a amenazarlos. En este momento desesperante, Jordi y su padre decidieron pedir ayuda a la Policía Municipal de Girona.

La intervención policial que sorprendió a todos

La policía actuó rápidamente, identificando a los tres okupas. Curiosamente, de estos individuos, dos se presentaron con pasaportes marroquíes y uno más tenía Documento de Identidad de Extranjero (NIE), empleado en territorio español. Lo alarmante era que uno de ellos tenía una causa penal pendiente. Sin embargo, la respuesta de la Policía fue desconcertante: les recomendaron a los propietarios que abandonaran el inmueble, argumentando que las pruebas mostraban que los okupas podían tener derechos sobre la vivienda.

Los okupas utilizaron un vídeo como prueba, en el que se les veía durmiendo y cocinando en la casa, a pesar de no contar con servicios básicos como gas y electricidad. Aunque los propietarios se negaron a salir, la presión de los agentes fue tal que finalmente tuvieron que ceder. De acuerdo con el relato de Jordi, cuando los okupas accedieron a su hogar, comenzaron a aplaudir como si su victoria estuviera justificada.

El alarmante futuro de la propiedad

Esa misma noche, los vecinos reportaron ruidos de golpes y escombros dentro de la propiedad, sugiriendo que otros okupas podrían haber ingresado. Desesperados, Jordi y su familia interpusieron una denuncia al día siguiente, pero el juzgado aún no había recibido el atestado policial 24 horas después del incidente. La situación ha generado opiniones divididas entre la comunidad, con algunos vecinos minimizando la gravedad del asunto diciendo que "si no molestan, no será un problema."

Jordi, visiblemente frustrado por la falta de acción, expresó: "La ilusión de construir un hogar para mi familia se ha transformado en desesperación. Esta ley es un chiste cruel, ya que prioriza los derechos de los okupas sobre los de los propietarios. Esta realidad en la que vivimos es absolutamente incomprensible".

Este caso no solo subraya las fallas en el sistema legal, sino que también plantea preguntas alarmantes sobre la protección de la propiedad privada en el país. La lucha de muchos propietarios continúa mientras la política y la justicia se entrelazan en una batalla que parece no tener fin.