El año 2025 promete ser un punto de inflexión en diversos ámbitos económicos, desde el aumento de precios y tributos hasta incrementos en pensiones y ayudas sociales. Sin embargo, la situación en el ámbito laboral no parece tan prometedora, pues varias reformas imprescindibles aún permanecen en el limbo de la aprobación.

Juan Manuel Lorente, un destacado abogado laboralista que comparte contenido sobre derechos laborales en sus redes sociales, ha expresado en su última publicación en Instagram (@juanmalorente_laboralista) su escepticismo hacia cuatro medidas cruciales que se pretendían implementar en 2025. "Tomando en cuenta nuestra trayectoria, la esperanza es escasa", advierte en su video.

Subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI)

La primera propuesta que Lorente cree que no se concretará es la ansiada subida del SMI, que tendría un incremento del 5% hasta alcanzar los 1,190 euros mensuales para contrarrestar la inflación y mejorar las condiciones laborales. A pesar de esta intención, no existe una fecha definida para su aprobación: "Se dice que se aprobará en 2025, pero yo no soy optimista al respecto", comenta el abogado.

Ampliación del permiso de maternidad

En segundo lugar, se discute la posibilidad de aumentar el permiso de maternidad de 16 a 20 semanas, un cambio que se había proyectado desde 2021 para igualar los permisos de maternidad y paternidad. Lorente enfatiza la incertidumbre que predomina respecto a este tema: "Entramos en 2025 sin novedades sobre esta ampliación; tampoco tengo esperanzas en este caso".

Remuneración del permiso por cuidado de hijos

El tercer punto crítico que menciona es la remuneración de 8 semanas por cuidado de un hijo menor de 8 años, una medida esperada desde agosto del año pasado que aún no ha visto la luz. Este retraso ha llevado a que la Unión Europea sancione a España, un recordatorio grave de la importancia de cumplir con las normativas laborales.

Reducción de la jornada laboral

Finalmente, una de las propuestas más debatidas es la reducción de la jornada laboral de 40 a 37.5 horas semanales. Este cambio no solo busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores, sino también mejorar la conciliación entre la vida personal y profesional. A pesar de los avances informales con la firma de pactos entre el Gobierno y sindicatos, Lorente es claro: "Hasta que no vea la aprobación oficial, no me lo creeré".

Conclusión

La incertidumbre que rodea estas reformas vitales pone de manifiesto la necesidad de que los trabajadores permanezcan vigilantes y activos en la defensa de sus derechos. Con 2025 a la vuelta de la esquina, la lucha por mejores condiciones laborales sigue siendo una prioridad que no se puede ignorar. ¡No se dejen engañar! ¿Qué más cambios necesitan nuestros derechos para realmente protegerse? Queda por ver si estas promesas se harán realidad o quedarán como meras intenciones.