Ubicado en Almendralejo, Extremadura, el sepulcro de Huerta Montero es considerado uno de los mejores ejemplos de la arquitectura megalítica en la península ibérica. Este impresionante sitio, que data de hace aproximadamente 4.650 años, ha sido utilizado como un espacio sagrado para el enterramiento colectivo y el culto ritual. Durante las excavaciones se encontraron los restos de 109 individuos, algunos acompañados de amuletos y objetos de gran valor, lo que sugiere la importancia que tenía este lugar en la sociedad prehistórica.

Este sepulcro destaca no solo por su antigüedad, sino también por un fenómeno espectacular que ocurre cada invierno. En el solsticio de invierno, los visitantes de todas partes de España, junto con los locales, se reúnen para ver cómo los rayos del sol inundan la cámara del sepulcro. Isabel García, responsable de turismo y arqueóloga, explica que este fenómeno se debe a la cuidadosa orientación del sepulcro hacia el sol.

La historia del descubrimiento del sepulcro es casi tan fascinante como el propio sitio. En 1988, un agricultor movió una piedra grande en un viñedo y reveló la entrada del sepulcro. Desde ese momento, un grupo de arqueólogos comenzó a excavar de forma voluntaria cada fin de semana, desentrañando los secretos que Huerta Montero guardaba bajo tierra.

¿Por qué Huerta Montero es tan especial? En primer lugar, se ha mantenido en su estado original, sin reconstrucciones posteriores. Isabel García menciona que los antiguos constructores aplicaron avanzadas técnicas constructivas que incluían una mezcla de arcilla y caliza, creando una mezcla resistente que ha permitido que el sepulcro perdure a lo largo de los siglos.

Adicionalmente, los constructores de Huerta Montero parecen haber tenido un profundo conocimiento de geometría y astronomía. Durante la excavación, se descubrió que la cámara se iluminaba perfectamente con la luz del sol en invierno, creando una experiencia única e inigualable. Las evidencias sugieren que era un lugar de respeto y veneración, donde se rendía culto y se celebraban rituales en honor a los ancestros. Esto hace que no solo sea un lugar de interés arqueológico, sino también un sitio de profunda conexión espiritual para aquellos que lo visitan en la actualidad.