El 19 de diciembre, se llevó a cabo el paseo espacial EVA-63 en la Estación Espacial Internacional (ISS), donde los cosmonautas Alexéi Ovchinin e Iván Vágner, integrantes de la Expedición 72, hicieron historia al utilizar por primera vez el brazo robótico europeo ERA para maniobras en el exterior de la estación. Aunque la actividad parecía rutinaria, el uso del brazo ERA le dio un giro inesperado al evento, destacando la complicada relación entre Roscosmos y la Agencia Espacial Europea (ESA).

Este paseo, que duró 7 horas y 17 minutos, se realizó desde el módulo Poisk, donde los cosmonautas llevaron a cabo diversas tareas. La principal fue la instalación del espectrómetro de rayos X SPIN-X1-MVN en el módulo Zvezdá. Al mismo tiempo, retiraron equipos obsoletos del exterior del módulo Poisk. La maniobra más intrigante fue cuando Ovchinin colocó sus pies en la plataforma de trabajo PRM unida al brazo ERA, que fue controlado desde dentro del módulo Nauka por el cosmonauta Alexander Gorbunov.

Aunque suena descabellado deshacerse de equipos en la órbita, la realidad es que, tras años expuestos a los propulsores de naves de carga, entrar en la estación podría representar riesgos para la salud. Así, liberarlos en el espacio es considerado un enfoque más seguro y común en las misiones rusas.

Este hito marca la primera vez que se usa el brazo ERA para mover cosmonautas por fuera de la ISS. Concebido en los años 80 y después rediseñado para ser parte de la ISS, el ERA había esperado mucho tiempo para cumplir su misión. Capaz de mover cargas de hasta 8 toneladas y con una longitud de 11.3 metros, el brazo europeo se considera inferior al famoso Canadarm 2 de la NASA, pero su funcionalidad es vital para las operaciones rusas.

Después de años de retrasos en su lanzamiento, primero en el módulo Nauka, y tras la invasión rusa a Ucrania, la ESA cortó relaciones con la fuerza espacial rusa, generando incertidumbre sobre el futuro del ERA. Sin embargo, este avance sugiere un renovado enfoque en la cooperación internacional.

En repetidas ocasiones, los cosmonautas han puesto a prueba capacidades del ERA, destacando su participación en la instalación de equipos y realizando movimientos claves en el espacio. Su uso no se limita a la manipulación de materiales; el 9 de agosto de 2023, durante el EVA VKD-60, se demostró que el ERA también puede mover cosmonautas, lo cual marca un hito importante en cooperación y productividad en el espacio.

Irónicamente, mientras el ERA apenas comienza a ser utilizado, China ha avanzado con su propio brazo robótico, que ha sido clave en las 17 actividades extravehiculares (EVA) que se han realizado en la Estación Espacial China desde su lanzamiento. Con un diseño muy semejante y capacidad de carga de hasta 25 toneladas, el brazo chino ha revolucionado sus operaciones.

Finalmente, la activa competencia espacial entre naciones pone en relieve la importancia de contar con tecnologías fiables y efectivas como el ERA, que después de tanta espera, por fin está en acción.