Un empresario en Bergamo, Italia, se encuentra desesperado en su búsqueda de trabajadores cualificados. Necesita urgentemente dos operarios y un especialista en mantenimiento, pero a pesar de ofrecer un salario atractivo de 3.500 euros al mes, sigue sin éxito.

Danilo Bonassoli, director de Albogroup, afirma que ha recibido numerosos currículos, pero la mayoría proviene de extranjeros sin la formación adecuada, quienes hasta ahora han sobrevivido con trabajos ocasionales. 'Para los puestos ofrecidos, el salario base es de 1.600 euros netos al mes, y el de mantenimiento es mucho más atractivo, sin embargo, los jóvenes locales parecen no estar interesados', señala Bonassoli.

La juventud italiana parece tener otras preferencias

A pesar de haber entrevistado a aproximadamente 60 candidatos en los últimos meses, Bonassoli lamenta que no haya aparecido ningún italiano. Este fenómeno, dice, no le sorprende: 'Los jóvenes suelen trabajar durante unos meses y luego optan por quedarse en casa recibiendo la Naspi, el subsidio de desempleo, que cubre hasta el 80% de su anterior salario, a la espera de otro trabajo que les pueda ofrecer el mismo ciclo'.

Los jóvenes parecen estar cómodos viviendo con la ayuda de sus padres, e incluso se habla de que algunos podrían quedarse en casa hasta los 40 años. 'Si supieran que podrían trabajar los sábados, seguramente no aceptarían', añade Bonassoli.

Por esta razón, el empresario confiesa que prefiere contratar a personas mayores de 50 años, que se muestran más dispuestos a asumir responsabilidades laborales, aunque reconoce que muchos de ellos están más centrados en prepararse para la jubilación.

Un panorama laboral desalentador

La tasa de desempleo juvenil en Italia alcanzó un alarmante 17.70% en octubre de 2024, y las proyecciones indican que mantendrá un nivel alto, alrededor del 17.90% en 2025. Por otro lado, la tasa de empleo entre los mayores de 50 años ha aumentado notablemente, elevándose por encima del 37% en 2022, en comparación con el 21% en 2005. Este incremento refleja la creciente necesidad de estos trabajadores experimentados en un mercado laboral que parece cada vez más reacio a aceptar a los más jóvenes.

La pregunta que queda en el aire es: ¿Por qué los jóvenes italianos evitan trabajos con buen salario y condiciones, mientras que la demanda de mano de obra cualificada continúa aumentando? Es un dilema que muchos empresarios se enfrentan hoy en día.