La justicia argentina ha dado un giro inesperado en el caso de la trágica muerte del popular cantante británico Liam Payne, quien falleció el 16 de octubre tras caer del tercer piso de un hotel en Buenos Aires. Este evento ha desatado una serie de investigaciones que han llevado a la detención de cinco personas.

En una reciente publicación del 29 de diciembre, medios locales han confirmado que el Juzgado Criminal y Correccional 34 ha procesado a los imputados y ha decretado prisión preventiva para dos de ellos: Braian Paiz, un excamarero de solo 24 años, y Ezequiel Pereyra, empleado del hotel donde ocurrió la tragedia. Ambos están acusados de suministro de estupefacientes y se les ha impuesto un embargo de 5 millones de pesos, alrededor de 500 mil dólares.

La situación no termina ahí. El empresario Roger Nores ha sido procesado por homicidio culposo, con un embargo de 50 millones de pesos (aproximadamente 50 mil dólares) y se le ha prohibido salir del país, lo que aumenta la gravedad del caso. Las otras dos personas procesadas son la gerenta del hotel, Gilda Martín, quien estaba presente en el momento del incidente, y el encargado del lugar, Esteban Grassi, ambos con embargos similares.

La investigación ha revelado que Liam Payne estuvo rodeado de un ambiente de consumo de drogas y alcohol durante su estancia en el hotel. Según la Fiscalía, se confirmaron al menos cuatro suministros de estupefacientes, y en las últimas 72 horas de su vida, el artista solo tenía en su sistema rastros de alcohol, cocaína y un antidepresivo recetado. La autopsia ha determinado que la causa de su muerte fueron "politraumatismos" y "una hemorragia interna y externa". Resultados que también han descartado la posibilidad de autolesionarse o la intervención de terceros, sugiriendo que Liam pudo haber caído en un estado de semi o total inconsciencia.

Este trágico suceso ha generado una ola de conmoción en el Reino Unido, donde la noticia de su muerte se volvió rápidamente viral en redes sociales, convirtiéndose en un trending topic. Las fotos de la habitación del hotel, tomadas por medios como TMZ, han revelado un escenario desgarrador: pantalla de televisor rota, polvo blanco en la mesa y diversos elementos asociados al consumo de drogas.

La muerte de Liam Payne no solo ha dejado un vacío en la música pop, sino que ha expuesto el lado oscuro de la fama y los peligros del abuso de sustancias. Los fanáticos y colegas de la industria continúan expresando su dolor y su lucha por la memoria de un artista que brilló intensamente pero cuya vida fue truncada de manera tan repentina.