¡Impactante: una señal sísmica insólita precedió a la erupción del volcán Tonga!
2024-11-06
Autor: José
La erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai
En un evento sin precedentes, el 15 de enero de 2022, el volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai registró una de las erupciones más poderosas de la historia moderna. Este acontecimiento catastrófico no solo devastó la isla homónima, sino que también desató un torrente de cenizas que cubrió Tonga, forzando la evacuación masiva de sus habitantes y resultando en la pérdida de vidas. La explosión fue tan colosal que la columna de ceniza alcanzó los 58 kilómetros de altura, superando incluso la famosa erupción del Monte Pinatubo en 1991.
La señal sísmica insólita
Pero hay un aspecto fascinante que ha salido a la luz tras este evento: unos 15 minutos antes de la erupción, los científicos de la Universidad de Tokio detectaron una señal sísmica insólita, conocida como onda Rayleigh. Esta onda recorrió la superficie terrestre sin ser perceptible para los seres humanos y fue registrada por sismómetros en lugares tan lejanos como Fiyi y Futuna, a 750 kilómetros del volcán.
Importancia del descubrimiento
Este descubrimiento es crucial, ya que, a pesar de que este tipo de ondas es común en terremotos, nunca antes se había asociado a una erupción volcánica submarina de tal magnitud. Los investigadores creen que la onda Rayleigh podría servir como un nuevo indicador para alertar sobre futuras erupciones, mejorando así los sistemas de prevención de desastres naturales. La identificación de esta onda podría permitir el monitoreo en tiempo real, facilitando la anticipación de erupciones y salvaguardando a las poblaciones en riesgo.
Mecanismo de la erupción
Además, el estudio revela que la onda fue generada por una fractura en la corteza oceánica, lo que permitió que el magma interactuara con agua de mar, desestabilizando la estructura del volcán y desencadenando la explosión. Este colapso de la caldera volcánica resultó en la devastación que presenciamos en Tonga.
Implicaciones y futuro
Las implicaciones de este descubrimiento son extraordinarias y abren un nuevo campo de estudio en la vulcanología. Sin embargo, actualmente no existen sistemas en tiempo real que utilicen ondas Rayleigh para prever erupciones. Mie Ichihara, coautora del estudio, enfatiza que la creación de infraestructura para la monitorización de estas ondas sería fundamental para mejorar la detección de erupciones antes de que ocurran estragos.
Inyección de tecnologías avanzadas
Cabe destacar que la erupción de Tonga, si bien devastadora, podría haber tenido consecuencias aún más catastróficas si hubiera sucedido en áreas densamente pobladas. Por lo tanto, los investigadores esperan que los conocimientos adquiridos a partir de este evento sirvan para fortalecer los sistemas de alerta y para la mitigación de futuros desastres naturales. La integración de tecnologías avanzadas en la vigilancia de ondas sísmicas y otros indicadores será clave para proteger comunidades en riesgo frente a las amenazas de erupciones volcánicas y tsunamis relacionados.