En un dramático inicio de Año Nuevo en Vigo, la Policía Local detuvo a un conductor de 21 años que, bajo los efectos de la cocaína y el alcohol, desató el caos al cruzar la ciudad a 122 km/h en zonas donde la velocidad estaba limitada a 50 km/h. La aventura irresponsable del joven terminó de forma violenta cuando impactó contra un coche aparcado, levantándolo de la acera.

La persecución se inició a primera hora de la mañana, alrededor de las ocho, cuando el conductor, al volante de un Volkswagen Touran de un familiar, fue detectado por un radar móvil en la parroquia de Alcabre. Al ser avisados, varias patrullas se movilizaron para interceptarlo, pero el joven, ignorando las señales de alto, aceleró aún más.

A lo largo de la persecución, que se extendió por la calle Tomás A. Alonso, el imprudente conductor realizó varios adelantamientos peligrosos, poniendo en grave riesgo la vida tanto de otros conductores como de peatones. Según las declaraciones de los agentes, estuvo a punto de provocar un accidente al hacer que un conductor saliera de la carretera.

Finalmente, la locura terminó en la calle Simancas, donde el conductor perdió el control de su vehículo y colisionó con un Rover rojo estacionado. El impacto fue tan fuerte que el coche aparcado quedó atravesado en la acera, chocando contra una señal de tráfico que terminó doblándose. El Volkswagen, igualmente dañado, quedó cruzado en la calzada, provocando una escena de caos total.

Al intentar huir después del choque, el joven fue rápidamente rodeado por los agentes de policía. Durante el intento de arresto, opuso resistencia y hubo un forcejeo, pero finalmente los agentes lograron arrestarlo. Ahora enfrenta graves cargos por conducción temeraria y por conducir bajo la influencia de drogas y alcohol.

La inquietud se apodera de Vigo, ya que este ha sido el segundo incidente de alta velocidad en menos de 48 horas, lo que ha llevado a las autoridades a considerar urgentemente medidas más drásticas para combatir la creciente ola de conductores imprudentes en la ciudad. Este suceso no solo es un recordatorio de los peligros del abuso de sustancias, sino también un llamado a la acción hacia una conducción más segura y responsable.