Onetoro TV, la plataforma de streaming dedicada a la tauromaquia, ha hecho un anuncio sorprendente: dejará de emitir en directo las ferias de San Miguel y de Otoño debido a la "inviabilidad que marcan las circunstancias actuales", un problema que crece a raíz de la alarmante escasez de abonados.

La compañía, que entró en escena en marzo de 2023 provocando el cierre del Canal Toros de Movistar Plus+, había prometido un 2024 como un "año televisivo único en el mundo del toro", con 117 corridas programadas y seis series de producción propia. Sin embargo, la realidad está resultando muy distinta. Hasta julio, en el punto más alto de la temporada, sólo contaban con poco más de 60,000 abonados, cifra insuficiente para sostener el costo de los derechos de imagen de las corridas.

Los responsables de Onetoro TV han manifestado que los precios que se exigen por los derechos de imagen son desproporcionados y lejanos a la realidad del mercado. Según sus análisis, se estimaba un potencial de 200,000 suscriptores solo en España, pero han descubierto que apenas uno de cada cuatro aficionados paga la suscripción. La situación es aún más grave en países como México y Perú, donde la relación es de uno por cada 20.

La caída del interés por los toros es cada vez más notoria. A pesar de que el precio promedio de una corrida en Onetoro TV es de 1,28 euros, muchos usuarios prefieren buscar alternativas en enlaces y canales piratas. El costo del plan de suscripción anual estándar es de 149.99 euros, y hay un plan premium disponible por 224.85 euros al año.

Además, la plataforma ha revelado que en menos de dos años ha acumulado pérdidas que superan los 12 millones de euros. Esto ha llevado a los inversores privados a considerar seriamente la viabilidad del proyecto, poniendo en duda su continuidad a menos que se alcance un acuerdo significativo que asegure su futuro.

¿Qué significa esto para el futuro de la tauromaquia en el mundo digital? ¿Podrá Onetoro TV encontrar una solución para atraer a más abonados? La situación es crítica y queda la incógnita de cómo evolucionará la oferta de contenido en esta controversial disciplina.