En una tragedia conmovedora, se informa que al menos 20 personas fueron brutalmente asesinadas mientras dormían en un ataque despiadado llevado a cabo por la banda armada Gran Griff en la comuna de Petite Rivière, en el departamento de Artibonite, Haití. Este ataque ocurrió entre la noche del martes y la madrugada del miércoles, según confirmaron fuentes del Comité de Iniciativa de Paz de Artibonite (Kilba).

André Saint-Louis, coordinador general de Kilba, describió el ataque como una de las masacres más crueles, revelando que entre las víctimas había niños que no tuvieron oportunidad de defenderse. "Los delincuentes irrumpieron en los hogares de la gente durante la noche. Las imágenes son sobrecogedoras, y lo que ha sucedido es extremadamente grave", comentó Saint-Louis, quien lidera una organización creada para hacer frente a la creciente ola de inseguridad en la zona.

Se sospecha que este ataque fue una represalia de la banda Gran Griff tras la muerte de varios de sus miembros por parte de residentes locales, quienes contaron con el apoyo de la Policía Nacional Haitiana (PNH).

La banda Gran Griff, al mando de Luckson Elan, ha sido identificada como una de las organizaciones criminales más violentas del país, y se cree que tiene vínculos con el exdiputado Prophane Victor. Desde su formación en 2018, su actividad delictiva ha crecido exponencialmente, involucrándose en secuestros, robos, asaltos y asesinatos.

Saint-Louis también destacó la brutalidad de la banda, que a menudo deshace de los cuerpos de sus víctimas arrojándolos al río o quemándolos, lo que complica las labores de investigación y el conteo de fallecidos. En octubre del año pasado, se registró otra masacre en Pont Sondé, donde al menos 115 personas fueron asesinadas en un solo ataque.

A pesar del clima de temor, el regreso de la PNH a áreas como Petite Rivière ha traído un rayo de esperanza a los habitantes. Se han registrado logros significativos, como la recuperación de Carrefour Peille, anteriormente tomada por las bandas, y la reactivación de la comisaría de Liancourt, que había estado cerrada durante dos años.

Estos avances han permitido a algunos residentes retornar a sus casas y reiniciar la producción agrícola, especialmente del arroz, un alimento básico en la región. La población local, no obstante, exige que la policía actúe con urgencia para desmantelar la base principal de Gran Griff antes del 1 de enero de 2025, deseando así celebrar el nuevo año en un entorno pacífico.

"Nuestro objetivo es recuperar la paz. Hemos solicitado tres cosas a la policía. Ya han cumplido dos, y esperamos que la tercera sea la invasión del cuartel de Gran Griff. Antes del 1 de enero, necesitamos poder disfrutar de nuestras tradiciones en un ambiente seguro, lejos de las bandas", afirmó Saint-Louis.

El ataque ocurre en medio de un contexto de creciente violencia en Haití, un país que padece la inseguridad provocada por el poder de grupos armados que operan sin restricciones. La situación se complica aún más, ya que la semana pasada, en Cité Soleil, otro violento episodio resultó en la muerte de cerca de 180 personas, en su mayoría ancianos, a manos de hombres dirigidos por Micanor Altes, alias Wa Mikano, quien justificó el ataque acusando a las víctimas de brujería.

La crisis de inseguridad ha llevado a un aumento de desplazamientos forzados y a la paralización de actividades económicas fundamentales en regiones como Artibonite. La comunidad internacional y organizaciones humanitarias continúan instando al gobierno haitiano a implementar medidas más efectivas para restablecer el orden y proteger a los civiles. Los haitianos claman por seguridad y justicia en un país desesperadamente afectado por la violencia.