(CNN Español) –– En un giro inesperado de los acontecimientos, el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero ha admitido su participación en la facilitación de la salida de Edmundo Gonzalo Urrutia de Venezuela. Después de semanas de rumores y especulaciones, Zapatero se ha pronunciado públicamente al decir que “participé en una tarea de facilitación para su venida a España.”

En una declaración ante los medios, el exmandatario se mostró reservado respecto a los detalles de su mediación, argumentando que “me debo a las personas que han participado” en el proceso. Esto ocurrió justo antes de su intervención en la presentación del libro “La democracia y sus derechos” en el Ateneo de Madrid. A pesar de las presiones mediáticas, enfatizó que es “un derecho y un deber mantener discreción y lealtad” hacia quienes contribuyeron en el proceso.

Rodríguez Zapatero, quien ha sido objeto de críticas por su papel en la crisis venezolana, defendió su labor como mediador, asegurando que su objetivo es que Venezuela “recobre esperanza y tenga futuro.” Planteó que este propósito solo puede lograrse “a través del diálogo, de los consensos y de una solución pacífica.” Su mensaje es claro: “Todo lo que hemos construido en democracias y sociedades ilustradas se ha hecho con el diálogo. No voy a renunciar a esa posición.”

Cuando se le preguntó sobre si el Gobierno español debería reconocer a Gonzalo Urrutia como presidente electo, como han instado el Parlamento y el Senado en días recientes, afirmó que esa decisión corresponde al propio ejecutivo.

Cabe destacar que la llegada de Zapatero a Madrid no ha sido del todo bien recibida. A su llegada al Ateneo, un pequeño grupo de manifestantes lo esperaba a pocos metros de la entrada. Portando pancartas con su imagen y mensajes de crítica, los asistentes lo acusaron de actuar en complicidad con el régimen de Nicolás Maduro, reflejando la polarización que aún rodea a la situación en Venezuela.

La conexión de Zapatero con Venezuela ha sido objeto de debate, y su capacidad de mediación es constantemente cuestionada, especialmente en un contexto donde la crisis humanitaria y política continúa desbordando al país sudamericano. La comunidad internacional observa atentamente, y muchos cuestionan si sus esfuerzos podrán realmente generar un cambio positivo en la devastada nación latinoamericana.