La Escuela de Teatro Estudio Juan Codina se encuentra en el centro de un escándalo tras el despido de su fundador y profesor, Juan Codina, a raíz de la grave denuncia de agresión sexual realizada por la actriz y exalumna Miranda Yorch en sus redes sociales. Esta situación ha conmocionado a la comunidad artística y ha abierto un debate urgente sobre la seguridad en instituciones educativas.

Según informes publicados por El País y confirmados por EFE, la dirección del centro tomó la decisión de suspender permanentemente la actividad de Codina tras la acusación de Yorch, quien reveló que sufrió una agresión sexual durante el curso 2019-2020, cuando tenía solo 19 años y era estudiante de la escuela. Miranda completó su formación en el año 2021, y su testimonio ha impulsado una ola de apoyo hacia las víctimas de abuso en el ámbito teatral.

Los actuales directores de la institución, Carlos Bravo y Eva Carrera, han decidido suspender las clases durante tres días para reunirse con más de un centenar de alumnos y llevar a cabo una investigación a fondo que evalúe posibles otros casos de agresiones. La escuela ha declarado que están comprometidos a trabajar con las autoridades y se encuentran a la espera de resultados judiciales para tomar más medidas.

Juan Codina, de 56 años, es un reconocido actor que ha sido galardonado con un Premio Max y un premio de la Unión de Actores por sus notables actuaciones en obras como *En la luna* y *Luces de Bohemia*. Sin embargo, desde junio de 2023, no ocupaba la dirección del centro, dedicándose exclusivamente a la enseñanza de interpretación.

En un comunicado publicado en su cuenta oficial de Instagram, la dirección de la escuela expresó su preocupación por el bienestar de los alumnos y su compromiso hacia la integridad del alumnado: "Estamos aquí para escucharos, para sanar, reparar y ayudar". Esta declaración llega en un momento crítico en el que se busca establecer un ambiente seguro y de confianza dentro del entorno educativo.

Lo más sorprendente de este escándalo es que no solo ha afectado a la reputación de Juan Codina, sino que también ha desatado un debate más amplio sobre el machismo y las dinámicas de poder dentro de la industria del entretenimiento. La denuncia de Miranda Yorch ha inspirado a otras personas a romper su silencio y compartir sus propias experiencias, lo que podría llevar a una reevaluación de las políticas de protección y a la creación de protocolos más estrictos en escuelas de artes escénicas.

Este caso es un llamado urgente a la acción para todas las instituciones educativas, pues la seguridad y el bienestar de los estudiantes deben ser siempre una prioridad inquebrantable.