El reciente recuento parcial de los votos en las elecciones legislativas de Georgia ha confirmado la victoria del partido Sueño Georgiano, que ha estado en el poder desde 2012. Sin embargo, este resultado ha desatado un escándalo político, ya que la oposición clama que las elecciones fueron 'robadas', generando una ola de críticas internacionales.

La Comisión Electoral Central, en comunicación con AFP, indicó que el recuento, que abarcó aproximadamente el 12% de los colegios electorales y el 14% de las papeletas, no mostró cambios significativos en los resultados previamente anunciados, donde el partido oficialista obtuvo cerca del 53,92% de los votos frente al 37,78% de la oposición.

La presidenta Salomé Zurabishvili, identificada con líneas prooccidentales y contraria al actual gobierno, ha denunciado el uso de 'métodos de fraude sofisticados'. Según ella, estas prácticas se asemejan a las utilizadas en Rusia, lo que ha preocupado a los observadores internacionales.

La Fiscalía del país ha comenzado una investigación sobre la 'presunta falsificación' de los resultados electorales y ha convocado a Zurabishvili para que se presente, aunque esta ha declinado la cita, lo que ha generado aún más tensión.

Los observadores internacionales han señalado diversas irregularidades durante el proceso de votación. Por su parte, la Unión Europea ha solicitado una investigación exhaustiva sobre estas denuncias, lo que podría tener repercusiones en la percepción internacional de las elecciones en Georgia.

Estas elecciones no solo reflejan la situación política del país, sino que también son vistas como una prueba crucial para las aspiraciones de Georgia de unirse a la Unión Europea y a la OTAN. Aunque el partido Sueño Georgiano asegura que su objetivo es acercarse a estas instituciones, sus críticos argumentan que su tendencia es cada vez más autoritaria y de estrecha relación con Rusia.

La tensión en el país no parece disminuir, y la atención del mundo está puesta en cómo se desarrollará esta crisis política, que podría influir significativamente en el futuro de Georgia en su camino hacia la integración europea.