El Gobierno del Reino Unido, bajo la dirección del partido laborista de Keir Starmer, ha tomado la sorprendente decisión de indemnizar a Rosamund Kissi-Debrah, la madre de Ella Kissi-Debrah, quien falleció en 2013 a causa de una exposición excesiva a la contaminación. Esta medida se produce cuatro años después de que un tribunal forense reconociera oficialmente que la contaminación del aire fue un factor clave en la muerte de la niña. Aunque el Ministerio británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales no ha revelado la suma exacta de la indemnización, el acuerdo marca un hito en la lucha contra la contaminación ambiental.

El ministerio ha emitido un emotivo comunicado en el que expresa sus condolencias a la familia: "Menores como Ella no deberían sufrir por el aire que respiran. Honestamente agradecemos el incansable trabajo de su madre, y esperamos que juntos podamos realizar mejoras en la calidad del aire y en la conciencia sobre la salud pública en relación con la contaminación".

Ella Kissi-Debrah, que había estado luchando contra el asma, murió a los nueve años. La investigación reveló que estaba expuesta a niveles alarmantes de dióxido de nitrógeno y partículas en suspensión, que superaban las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Las horripilantes condiciones provocaron múltiples ataques asmáticos, que le llevaron a urgencias en más de 30 ocasiones. A través de este triste caso, se han puesto de manifiesto las graves consecuencias que la contaminación tiene sobre la salud infantil.

El avance legal de 2020 y la compensación concedida son un paso importante en la búsqueda de justicia y protección para otros niños que podrían estar en situaciones similares. "Durante toda su vida, Ella respiró aire envenenado", indicó el forense Philip Barlow. Esta declaración ha resonado fuertemente en la opinión pública, despertando la conciencia sobre la necesidad de políticas más estrictas para combatir la contaminación del aire.

Rosamund Kissi-Debrah ha luchado incansablemente por la revisión del caso, después de que la primera investigación en 2014 no tomara en cuenta los efectos de la contaminación en la salud de su hija. La decisión más reciente del Tribunal Superior de Londres no solo fue un hito legal sino que ha animado a otros a alzar la voz en pro de la salud ambiental.

Con la reciente compensación, ella se compromete a continuar su campaña por la creación de una nueva Ley de Aire Limpio, conocida popularmente como la ley de Ella. Esta legislación, de ser aprobada, podría servir como un mecanismo poderoso para prevenir futuras tragedias relacionadas con la contaminación.

"Esta batalla ha sido larga y difícil, pero cada paso nos lleva hacia un futuro donde la salud de nuestros menores no se vea comprometida por la negligencia", expresó Susi Labinjoh, abogada de la familia. La lucha por la justicia de Ella no solo es un testimonio del pesar de una madre, sino un llamado a la acción para proteger a las generaciones futuras de los efectos devastadores de la contaminación del aire en el Reino Unido y más allá.