Solicitud de libertad condicional por parte de Alberto Sánchez

Alberto Sánchez, conocido como el Caníbal de Ventas, ha enviado una carta manuscrita en la que solicita ser considerado un enfermo mental. Sin embargo, esta petición ha sido rechazada por los peritos durante el juicio. Su abogado, Julen Martínez, de Valmaseda Abogados, expresa su preocupación sobre los peligros que surgirían si el condenado obtuviese permisos para salir, ya que podría reincidir en sus crímenes. «No debería estar en prisión, sino en un centro de salud mental. Hay un riesgo inminente de que cometa otro delito al salir», sostiene Martínez.

Argumentos del abogado

El abogado argumenta que es posible que Alberto sufra una enfermedad mental grave, como la esquizofrenia, que podría haber influido en sus acciones terribles en 2019. Martínez menciona que este caso no ha recibido el tratamiento adecuado y que el reo necesita un seguimiento continuo en un entorno especializado similar al de otros casos notorios relacionados con la salud mental.

El estado mental de Alberto durante el crimen

En su carta, Alberto detalla su estado mental en el momento del crimen, afirmando haber sufrido una enajenación mental temporal provocada por el consumo de cannabis. Describe cómo no era capaz de discernir la realidad y que las voces y alucinaciones lo llevaron a tomar la fatídica decisión de asesinar a su madre. Curiosamente, fuentes indican que durante su permanencia en prisión, podría haber continuado consumiendo drogas.

Los atrocidades cometidas

Los terribles hechos sucedieron entre el 27 de enero y el 21 de febrero de 2019. La Policía descubrió el escalofriante crimen en La Guindalera cuando fueron alertados por la desaparición de María Soledad Gómez, de 66 años. Alberto, al abrir la puerta a los agentes, dijo: «Mi madre ha muerto. Está ahí dentro». Al entrar, la policía se encontró con una escena más horrorosa de lo que esperaban: su madre había sido descuartizada y los restos fueron utilizados como alimento durante al menos quince días.

Detalles del crimen

Además, se descubrió que Alberto había alimentado a su perro con los restos de su madre y que había múltiples recipientes en su casa conteniendo partes del cuerpo. Durante el juicio, la Audiencia Nacional no encontró evidencia suficiente para considerar que Alberto sufría de una alteración psíquica que le impidiera procesar la realidad en el momento del asesinato, afirmando que el acusado no había demostrado sufrir un brote psicótico.

Consecuencias del brutal crimen

Como consecuencia del brutal crimen, la Audiencia condenó a Alberto a prisión y le impuso una indemnización de 60.000 euros a su hermano por la muerte de María Soledad. La cuestión de si debería ser tratado en un centro psiquiátrico en lugar de en una prisión sigue estando en el aire y desata el debate sobre la responsabilidad penal y la salud mental en casos de esta magnitud.