El Cabildo de Tenerife, actualmente bajo la gestión de Coalición Canaria (CC) y el Partido Popular (PP), ha dado un controversial paso al iniciar los trámites para proteger el monumento al dictador Francisco Franco. Este acto ha sido documentado en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) publicado este viernes, el cual aclara que esta decisión se realiza en cumplimiento de una sentencia judicial firme dictada en junio de 2024.

La orden judicial emitida estipula que el monumento, obra del escultor Juan de Ávalos García Taborda, debe ser considerado Bien de Interés Cultural (BIC), lo que implica la necesidad de garantizar su conservación y protección. Este movimiento ha generado una ola de reacciones en la sociedad canaria, que se fragmenta entre defensores de la memoria histórica y quienes consideran que el monumento representa un legado a rechazar.

El anuncio en el BOC revela que la decisión se origina a partir de una solicitud realizada por la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel y la Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio San Miguel Arcángel, que habían pedido previamente que se iniciara el expediente correspondiente. A pesar de que en 2022 el entonces Cabildo gobernado por el PSOE desestimó estas solicitudes al considerar que la escultura carecía de valores artísticos excepcionales, la situación ha dado un giro dramático tras la sentencia del Juzgado, la cual ha obligado al actual gobierno a actuar.

Cabe recordar que este monumental debate no es nuevo; ya en años anteriores, diferentes organizaciones han llevado a cabo movilizaciones, eslóganes y han colocado carteles en defensa de la escultura que honra a Franco. La jueza María Isabel Pardo Vivero Alsina subrayó en su sentencia la relevancia de los informes periciales que abogaban por la declaración de BIC, aunque también se tomó en cuenta un informe adverso encargado por el propio Cabildo.

El caso ha vuelto a poner sobre la mesa el delicado tema de la memoria histórica en España y la importancia de reconocer o retirar símbolos que representan episodios controvertidos del pasado. Mientras algunos argumentan que el mantenimiento de la escultura contribuye a la educación sobre el franquismo, otros claman por su eliminación en aras de la dignidad histórica y la memoria de las víctimas.

Sin duda, este procedimiento marca un punto crucial para el Cabildo de Tenerife y la sociedad canaria en general, pues a partir de ahora se abrirán amplios debates sobre el futuro del monumento al dictador. ¿Será este el principio de una reconciliación histórica o un paso más en la división social? ¡El tiempo lo dirá!