Deryck Whibley, el icónico vocalista de Sum41 y conocido por su relación con Avril Lavigne, ha decidido romper el silencio sobre una parte oscura de su vida. En su autobiografía, "Walking Disaster: My Life Through Heaven and Hell", revela que fue víctima de abusos sexuales y manipulaciones por parte de Greig Nori, su mánager y vocalista de Treble Charger.

La historia entre Whibley y Nori comenzó cuando el joven Deryck tenía apenas 16 años. En un intento por conocer a sus ídolos, se coló en el camerino de Treble Charger y allí conoció a Nori, quien rápidamente se convirtió en mentor y figura paternal. Sin embargo, con el tiempo, la relación se tornó tóxica. "Greig tenía una única condición para ser nuestro mánager: quería control absoluto sobre nuestras vidas y carreras", relata Whibley.

El primer abuso físico ocurrió durante un concierto, cuando Nori lo besó de forma forzada, alegando que su relación era algo más que profesional y sugiriendo que explorar su bisexualidad era algo normal en el mundo de la música. Esta manipulación psicológica y los abusos continuaron, afectando no solo sus vidas personales sino también la trayectoria de Sum41. De hecho, la banda se vio presionada a considerar a Nori como coautor de varias de sus canciones, a pesar de que su participación en la creación era nula.

Después de luchar durante años para desvincularse de sus abusos, en 2005 finalmente logró la independencia para su banda, aunque no se sintió preparado para compartir públicamente la verdad que escondía tras su separación profesional con Nori. La valentía de Whibley al contar su historia no solo arroja luz sobre su experiencia personal, sino que también abre un debate crucial sobre el abuso en la industria musical, un tema que ha permanecido en silencio por demasiado tiempo.

Asimismo, esta revelación ha conmocionado a fanáticos y colegas en el mundo de la música, quienes han mostrado su apoyo a Deryck. La autobiografía ha generado un gran interés y debate, y muchos se preguntan qué otras caras ocultas podrían existir tras el glamour de la industria del entretenimiento. La historia de Deryck no es solo una de superación, sino un llamado a la concienciación sobre el abuso y la importancia de hablar.