Montserrat González y su hija, Triana Martínez, condenadas a 22 y 20 años de prisión respectivamente por el asesinato de Isabel Carrasco, la entonces presidenta de la Diputación de León, han sorprendido al mundo al redactar una carta donde expresan su profundo arrepentimiento. Este doloroso episodio tuvo lugar el 12 de mayo de 2014 y dejó a la sociedad leonesa y a toda España en estado de shock.

En su conmovedor escrito, dirigido al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Oviedo, Montserrat y Triana ofrecen disculpas «sinceras, plenas y absolutas» por el daño causado a la familia y amigos de Isabel Carrasco. Aseguran que, en el futuro, nunca más actuarán de manera que cause dolor a quienes les rodean.

Tras casi once años de reclusión, donde han experimentado condiciones muy difíciles y han sido trasladadas entre tres cárceles distintas, ambas han reflexionado sobre su pasado. La carta marca un cambio en el tono frío con el que normalmente se han comportado, reflejando una nueva etapa de introspección y humildad tras la pérdida de su marido y padre, Pablo Martínez, también policía nacional, quien falleció en noviembre de 2020.

Este giro no solo busca ofrecer disculpas, sino que también parece estar motivado por la intención de solicitar permisos de salida de la prisión. Los informes señalan que, desde hace dos años, sus demandas para más permisos han sido sistemáticamente denegadas por el juzgado. Es posible que esta nueva actitud de Montserrat y Triana esté conectada con sus intentos por conseguir una mayor flexibilización en sus condiciones penitenciarias.

La carta, fechada el 9 de diciembre, puede ser el primer paso hacia una posible reducción de su condena, un rayo de esperanza en un mar de oscuridad. La pregunta ahora que queda en el aire es: ¿lograrán Montserrat y Triana con sus disculpas que se les concedan más derechos y un trato más humano en su situación? La sociedad está atenta a este sorprendente cambio y a cómo se desarrollará esta historia.