Cerca de cincuenta empresas, entre las que destacan Iberdrola, Ikea y la plataforma de movilidad Uber, han unido fuerzas para solicitar a la Unión Europea que mantenga su ambicioso objetivo de permitir únicamente vehículos de cero emisiones para 2035. Esta alianza incluye a destacados nombres como la naviera Maersk, el fabricante de automóviles Volvo, así como varias firmas españolas como Zunder, Wallbox y Circontrol.

La declaración, respaldada por la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E), resalta la viabilidad y necesidad de este objetivo. Según los ejecutivos de la cadena de valor de la automoción y del sector energético, "el objetivo de 2035 proporciona una dirección clara que permitirá a las empresas llevar a cabo la transformación necesaria para un futuro sostenible". Además, insisten en que esta meta ofrece la tan necesaria certeza para los inversores en la industria automotriz europea.

Grandes nombres de la industria de vehículos eléctricos como Polestar y Rivian también se han sumado a esta causa, junto a Tesco, el gigante minorista británico, y la mayor franquicia de Ikea, Ingka. Estos corporativos muestran un fuerte compromiso con la neutralidad climática que la UE se ha propuesto alcanzar para 2050, señalando que muchos de ellos han realizado significativas inversiones para cumplir con dicho objetivo.

La declaración insta a los responsables políticos a no alterar las normas de CO2 recientemente aprobadas para turismos y furgonetas en 2026, alertando que cualquier cambio podría desestabilizar las inversiones ya planificadas. En lugar de modificaciones, proponen diseñar políticas industriales que apoyen la creación de una cadena de valor de baterías sostenible, el desarrollo de infraestructura de carga, y la promoción de flotas corporativas más ecológicas.

Los firmantes también destacan un dato relevante: las emisiones de coches y furgonetas representan más del 13% del total de gases de efecto invernadero en la UE. Además, se ha documentado un aumento del 6% en las emisiones de CO2 de automóviles entre 2000 y 2019, lo que enfatiza la urgencia de actuar.

Isabell Büschel, directora de T&E en España, declaró: "Modificar el objetivo de 2035 implicaría un retroceso en el progreso hacia una economía más limpia. En vez de eso, debemos impulsar la transición hacia el vehículo eléctrico, con un enfoque en la infraestructura de carga y la electrificación de las flotas corporativas, lo que beneficiaría tanto al medio ambiente como a la economía española." La presión sigue creciendo para que la UE se mantenga firme en sus compromisos, asegurando un futuro más limpio y sostenible para todos.