Justine Musk, la primera esposa de Elon Musk y madre de seis de sus once hijos, compartió su vida con el empresario incluso antes de que este se convirtiera en un millonario tras la venta de Zip2.

Esta experiencia única le permitió a Justine descubrir uno de los secretos de éxito que ha llevado a Elon Musk al estrellato: la habilidad de decir no. Durante una charla TEDx en 2014, Justine destacó no solo la ambición desmedida y el enfoque de Musk, sino también una habilidad crítica que puede marcar la diferencia en la vida de cualquier persona: establecer límites y proteger su tiempo.

Decir que no es decir que sí a lo que realmente importa

En la mencionada charla, Justine enfatizó que Elon Musk ha tenido el valor de rechazar múltiples distracciones que podrían haber comprometido su camino hacia el éxito. “Dijo que no a las personas que reclamaban su atención y energía. Así, logró resguardar sus recursos para concentrarlos en sus propios objetivos”, expresó Justine. También añadió que cada 'no' que pronunciamos puede alojar un 'sí' más profundo hacia nuestros propios sueños y aspiraciones.

Justine Musk también habló sobre cómo sus hijos han comenzado a cultivar esta habilidad desde una edad temprana. Sus hijos, al negarse a hacer ciertas actividades, están aprendiendo a afirmar su individualidad y a reclamar su propio tiempo, un paso esencial para que puedan ser dueños de sus propias vidas y decisión.

Sin embargo, Justine confesó que entre los ocho y los trece años, ella misma había luchado con la dificultad de decir no. Esta habilidad, según ella, no solo muestra una fuerte capacidad de enfrentarse a la negativa de otros, sino que también permite una gestión del tiempo más efectiva y deliberada.

Warren Buffett: el maestro del tiempo

Pero Elon Musk no es un caso único; Warren Buffett, otro gigante de los negocios, también es extremadamente reservado con respecto a su tiempo. Su amigo Bill Gates mencionó en una entrevista que Buffett lleva un calendario lleno de espacios vacíos, lo que significa que elige cuidadosamente cómo y con quién pasa su tiempo. Esto subraya la idea de que tener días sin compromisos puede ser más valioso que una agenda repleta de reuniones.

Greg McKeown, en su libro 'Esencialismo', aborda la idea de que la verdadera productividad no se trata de hacer más, sino de hacer menos. Al decir no a las demandas externas, previenes que tu agenda se sature con tareas que no son esenciales para tus metas, permitiendo que te concentres en lo que verdaderamente importa.

A largo plazo, aunque al principio puede costar aprender a rechazar peticiones, esta práctica se transforma en más tiempo para lo que realmente te apasiona. En un mundo donde todos parecen estar constantemente ocupados, aprender a decir no podría ser la clave para encontrar equilibrio y satisfacción personal.

En conclusión, el arte de decir no no solo es una herramienta valiosa en el ámbito profesional, sino que también puede llevar a un estilo de vida más pleno y enfocado en lo que realmente valoramos.