La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ha señalado a Irán como el mayor adversario del país, en una reciente entrevista en "60 Minutes" que generó gran expectación. Durante la conversación, cuando se le preguntó específicamente sobre el principal rival de EE.UU., Harris no dudó al mencionar a Irán, diciendo: "Irán tiene sangre estadounidense en sus manos". Este fuerte comentario llega en un contexto de tensión creciente tras el lanzamiento de 200 misiles balísticos hacia Israel.

Harris subrayó la necesidad de prevenir que Irán se convierta en una potencia nuclear: "Eso es una de mis máximas prioridades". A pesar de la gravedad de la situación, evitó dar detalles sobre posibles acciones preventivas contra el programa nuclear iraní, afirmando: "No voy a hablar de hipótesis en este momento".

Por otro lado, Hezbollah ha expresado su apoyo al presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, en sus esfuerzos por alcanzar un alto el fuego con Israel, una declaración sorprendente en el contexto actual del conflicto. Naim Qassem, vicesecretario general de Hezbollah, dijo: "Apoyamos los esfuerzos políticos para lograr un alto el fuego". Esta es la primera vez que el grupo se manifiesta abiertamente a favor de negociaciones desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamas.

Sin embargo, Hezbollah ha dejado claro que solo cesará el fuego si se establece un alto el fuego simultáneo en Gaza, mientras que Israel ha insistido en que las acciones de Hezbollah deben ser tratadas por separado del conflicto con Hamas. Qassem también dejó entrever la determinación de Hezbollah al afirmar que "el campo de batalla nos pertenece" si continúan las hostilidades.

En el frente de la violencia, el ministro libanés de Asuntos Exteriores, Abdallah Bou Habib, reveló que el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, había acordado temporalmente un alto el fuego justo antes de ser asesinado por el ejército israelí. Esta afirmación fue calificada de "ridícula" por Tzipi Hotovely, embajadora de Israel en el Reino Unido.

En Gaza, la situación es desesperada. Testigos de la ciudad de Jabalia describen noches aterradoras, con bombardeos constantes que hacen temblar las casas. Un residente comentó: "Hemos llegado a aceptar la muerte en todas partes". Las calles de la ciudad están desiertas y los combates entre las fuerzas israelíes y Hamas continúan intensificándose.

Un reportero de CNN mencionó que alrededor de 105 cohetes fueron disparados hacia las ciudades israelíes de Haifa y Kiryat Yam, mientras que las FDI reportaron que varios fueron interceptados. Las tensiones no solo afectan a la población civil, sino que también implican una escalada militar por parte de Israel en el sur de Líbano, donde han realizado operaciones específicas contra Hezbollah.

En un movimiento internacional, el presidente ruso, Vladimir Putin, tiene programada una reunión con su homólogo iraní, Masoud Pezeshkian, para discutir la situación en Medio Oriente, lo que podría tener repercusiones significativas en los acontecimientos actuales.

Mientras tanto, los funcionarios estadounidenses han expresado su preocupación por la respuesta de Israel en Líbano, donde más de 1,400 personas han perdido la vida en menos de tres semanas, y más de un millón se han visto desplazadas. La incapacidad de la administración Biden para frenar el conflicto ha planteado serias dudas sobre la eficacia de su política exterior en un momento tan crítico. Así, mientras los enfrentamientos continúan, el panorama se vuelve más sombrío tanto en Gaza como en Líbano, dejando a la comunidad internacional buscando respuestas ante una crisis humanitaria inminente.