Florentino Pérez, el poderoso presidente del Real Madrid, no necesita reunirse en persona para hacer entender quién decide en el club. Su influencia se hace sentir incluso a distancia, desde su despacho en ACS. Más allá de la presión que siente por la reciente crisis en el equipo, sus preocupaciones son evidentes: el rendimiento del equipo en el campo es alarmante y está exigiendo cambios urgentes.

Esta temporada ha sido un desastre absoluto para el equipo, que ya ha sufrido dos derrotas (ante Lille y Barcelona) y tres empates (con Mallorca, Las Palmas y Atlético de Madrid). A pesar de sus esfuerzos por mantener la competitividad del equipo sin vender a sus estrellas, Pérez no puede ocultar su frustración. La llegada de Mbappé debería haber sido un gran avance, alineándolo con figuras como Vinicius, Bellingham y Rodrygo. Sin embargo, el rendimiento actual no refleja el potencial de esta plantilla.

La falta de intensidad ante el Lille fue un detonante para Pérez, que se mostró alarmado al descubrir que su equipo corrió 11 kilómetros menos que su oponente. Durante el descanso en el partido contra el Borussia Dortmund, muchos testigos informaron que mostró su descontento de manera contundente ante los directivos presentes.

Bellingham, que la temporada pasada era considerado uno de los mejores llegadores, se está sintiendo perdido en el campo. Su alejamiento del área está generando dudas sobre su rol en el equipo. A medida que surgen estos problemas, es probable que veamos un cambio en la alineación en el futuro cercano. Las suplencias de Tchouameni parecen acumularse, mientras que Bellingham podría recuperar un rol más definido.

El futuro de Tchouameni también está en el aire. Florentino no siente que haya hecho olvidar al legendario Casemiro, mientras que su rendimiento como organizador ha dejado mucho que desear. En cambio, Camavinga sigue luchando por encontrar su lugar, lo que añade más incertidumbre a la dirección del equipo.

La situación se complica al ver cómo Güler y Endrick, jóvenes promesas, prácticamente no tienen participación en el primer equipo. A pesar de sus destacadas actuaciones con las selecciones nacionales, su tiempo en el campo es mínimo: Güler ha jugado solo 292 minutos y Endrick apenas 107. Lo que es aún más frustrante para los directivos es que estos jóvenes talentos han mostrado su valía cuando han tenido la oportunidad, lo que resalta la falta de confianza del cuerpo técnico.

La conclusión en el club es clara: bajo esta plantilla, nadie debe sentirse seguro. La competitividad es clave. La situación del Barcelona, que ha sabido confiar en todos sus jugadores y en su cantera, sirve como un recordatorio doloroso de lo que podría ser el Real Madrid si logra encontrar el camino correcto. Sin embargo, a pesar de las lesiones de Rodrygo, las autoridades del club quieren dejar claro que todos los jugadores, sin excepción, deben estar preparados para dar lo mejor de sí mismos. ¡El futuro del Madrid depende de las decisiones que se tomen ahora! ¿Veremos un cambio en la alineación pronto? ¿O el emblemático club se quedará estancado en esta crisis?