La FIFA ha revelado las bases de competición del nuevo Mundial de Clubes, generando un gran revuelo y sorprendiendo a muchos en el mundo del fútbol. Con el propósito de calmar las crecientes protestas acerca del saturado calendario, se han incluido convocatorias masivas, pero muchos especialistas opinan que esto no solucionará del todo el problema. Los clubes, a menudo, no cuentan con suficiente profundidad en sus plantillas para cumplir con estas expectativas.

Uno de los puntos más llamativos es la nueva obligación que se presenta en el acuerdo de participación: los clubes deben 'alinear el mejor equipo posible'. Este enunciado suena más a una formalidad que a una medida efectiva, puesto que técnicos como Simeone pueden decidir no utilizar a estrellas como Griezmann o Oblak, sin que nadie pueda impugnar su decisión. Esto deja abierta la puerta a que los entrenadores decidan usar sus plantillas como les convenga, aunque la intención de la FIFA está clara: evitar que el Mundial se convierta en un mero espectáculo de exhibición.

Además, hay que destacar que si un club decide retirarse, las sanciones son severas. Si un equipo se retira 30 días antes del torneo, enfrentará una multa de 250,000 francos suizos, y si lo hace durante el evento, la multa aumenta a 500,000. También enfrentan la posibilidad de expulsiones futuras y otros costos asociados a su abandono, lo que refleja la presión que la FIFA está ejerciendo para garantizar la participación comprometida de los clubes.

El Mundial de Clubes se celebrará cada cuatro años, complementando la agenda internacional de competiciones, pero lamentablemente coincidiendo con temporadas de cansancio extremo para los futbolistas.

La distribución de los equipos será en ocho grupos de cuatro, y los dos mejores de cada grupo avanzarán a los octavos de final. Las eliminatorias se jugarán a partido único en sede neutral, lo cual replica la estructura de un Mundial de selecciones, aunque no habrá partido por el tercer puesto.

En cuanto a las tarjetas, un jugador que acumule dos amarillas deberá cumplir una sanción, aunque las tarjetas se resetearán tras los cuartos de final. En caso de empate, se aplicarán criterios clásicos como el enfrentamiento directo o la diferencia de goles.

Los clubes participantes deberán llegar tres días antes de su primer partido, y tendrán que presentar una lista provisional de entre 26 y 50 jugadores, aumentando así la flexibilidad en el uso de canteranos. Sin embargo, esta estrategia depende de que los clubes realmente tengan el talento suficiente en sus categorías inferiores, algo que no siempre es el caso.

Por último, otro aspecto que debe tenerse en cuenta es el calendario, ya que muchos contratos de jugadores expiran antes de la finalización del torneo. FIFA permitirá a los clubes reemplazar a los jugadores que terminen sus contratos durante la competición, lo que abre una ventana interesante para transferencias. Esto incluye la posibilidad de que un club fiche a un jugador en el mercado de transferencias y lo alinee en el Mundial de Clubes, siempre que el jugador no esté en la lista de otro equipo participante.

Con todos estos cambios, se plantea la pregunta inevitable: ¿los clubes podrán realmente alinear el 'mejor equipo posible' y cumplir con las expectativas de FIFA? La respuesta a esta pregunta es, sin duda, uno de los grandes atractivos de la próxima edición del Mundial de Clubes.