La obesidad se ha convertido en una de las principales epidemias del siglo XXI, afectando a millones de personas alrededor del mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad están considerados como problemas de salud pública de primer orden. Con motivo del Día Nacional de la Persona Obesa, Fernando Mata, profesor en la Universidad Alfonso X el Sabio, comparte su visión sobre este tema crítico.

La obesidad no es solo cuestión de kilos de más. Se le considera una ‘Enfermedad Crónica Basada en la Adiposidad’, lo que implica una definición más detallada y que abarca diversos factores. Es crucial entender que no toda la grasa corporal es igual; la grasa visceral, que se acumula alrededor de los órganos internos, es especialmente peligrosa.

Es importante también recordar que el Índice de Masa Corporal (IMC), aunque es una herramienta común para diagnosticar la obesidad (un IMC de 30 o más), tiene sus limitaciones. Factores como la distribución de la grasa corporal y la masa muscular son esenciales para una evaluación precisa.

En cuanto a la genética, aunque hay personas con predisposición genética a la obesidad, la gran mayoría de los casos resultan de la interacción entre genes y factores ambientales, como la alimentación, el nivel de actividad física y el entorno socioeconómico. Vivir en un ambiente que favorece patrones de consumo poco saludables puede aumentar enormemente el riesgo de obesidad.

La obesidad está vinculada a una serie de enfermedades graves, entre ellas patologías cardiovasculares, diabetes, varios tipos de cáncer, y problemas de salud mental. Por ello, abordar el tratamiento de la obesidad es fundamental, no solo para mejorar la calidad de vida, sino también para evitar estas complicaciones.

Fernando Mata enfatiza que el tratamiento para la obesidad debe ser integral. Un enfoque multidisciplinario que incluya médicos, nutricionistas, psicólogos y expertos en actividad física es crucial. Los tres factores fundamentales en el tratamiento son una alimentación saludable, una actividad física regular, y el apoyo psicológico constante.

Aunque no se puede hablar de curar la obesidad en términos absolutos, sí se puede trabajar para reducir la grasa corporal, mejorar la masa muscular y disminuir riesgos de enfermedades asociadas. También destaca la importancia de reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y optar por una dieta basada en productos de origen vegetal.

Respecto al uso de medicamentos para la pérdida de peso, como el Ozempic, Fernando Mata asegura que pueden ser útiles, pero solo como parte de un plan de tratamiento más amplio y controlado por profesionales de la salud. La clave está en modificar hábitos de vida y no depender exclusivamente de fármacos.

Finalmente, Mata recomienda a las personas que luchan con la obesidad que se enfoquen en establecer cambios pequeños pero sostenibles en su dieta y estilo de vida, enfatizando siempre la necesidad de un soporte profesional, ya que el camino hacia una vida más saludable es un viaje que requiere compromiso y esfuerzo.