En un giro inesperado de los acontecimientos, el Partido Popular (PP) ha decidido romper los lazos con el Partido Nacionalista Vasco (PNV), en un momento crítico en el que busca debilitar la mayoría parlamentaria que mantiene Pedro Sánchez. A pesar de que el PNV ha sido históricamente un componente esencial en el equilibrio del PSOE, el PP ha optado por encender la tensión con este partido, lo que podría tener repercusiones significativas en la política española.

El desencadenante de esta ruptura fue la feroz crítica de Miguel Tellado, portavoz parlamentario del PP, hacia el acuerdo entre el Gobierno de Sánchez y el PNV sobre la cesión de un inmueble en París que alberga el Instituto Cervantes. Esta noticia, que desató un torbellino de reacciones, no solo revivió viejas tensiones, sino que también reveló la falta de consenso dentro del propio PP. Algunos sectores del partido ven la retórica de Tellado como excesiva y sugieren que un enfoque más moderado podría haber sido más eficaz para abordar el tema.

Feijóo, a pesar de haber promovido previamente su relación cordial con el lehendakari Iñigo Urkullu, se ha alineado con Tellado, afirmando que mientras el PNV esté "sometido al sanchismo", no habrá espacio para el diálogo. Esta postura ha sorprendido a muchos, ya que antecedentes de negociaciones con el PNV existieron bajo administraciones anteriores, como las de José María Aznar y Mariano Rajoy, quienes llegaron a tratar la devolución del mismo inmueble en el pasado.

Tellado no escatimó en críticas al PNV, llamando a su portavoz, Aitor Esteban, “miserable y asqueroso”, sugiriendo que la ambición del PNV en torno al acuerdo es simbólica más que necesaria. Las palabras de Tellado provocaron respuestas furiosas de Esteban, quien defendió la posición del PNV y acusó a Tellado de falta de educación y de coherencia ideológica.

Dentro de la dirección del PP, hay voces que sugieren que este ataque no estaba previsto y podría acentuar la ruptura con el PNV. A pesar de las tensiones, algunos en el PP piensan que la manera en que se comunicó el desacuerdo con el PNV podría haber sido más diplomática. Sin embargo, Tellado reafirma que su estrategia es una respuesta necesaria a lo que considera una injusticia.

Por otro lado, la tensión entre estos dos partidos podría abrir nuevos espacios para fuerzas emergentes en el País Vasco. Observadores políticos advierten que esta ruptura podría beneficiar no solo a Bildu, sino también a otras alternativas políticas en la región, ya que la radicalización de las posturas puede alejar a votantes moderados.

Finalmente, el líder del PP en el País Vasco, Javier de Andrés, ha mencionado que se está estudiando la posibilidad de que la entrega del palacete pueda considerarse un caso de financiación irregular para el PNV, abriendo la puerta a potenciales acciones legales. ¿Estamos ante el inicio de una batalla política más intensa en el País Vasco y en toda España? Solo el tiempo lo dirá.