Investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) han realizado un hallazgo sorprendente sobre la esquizofrenia, un trastorno mental que afecta a cerca del 1 % de la población mundial. Según un nuevo estudio que revisó más de seiscientos artículos, han demostrado que las personas con esquizofrenia tienen un déficit en la percepción del contraste, lo que les dificulta distinguir diferencias en la intensidad de luz entre áreas adyacentes. Este aspecto es esencial para identificar formas, texturas y detalles en nuestro entorno.

El equipo de investigación, que incluye a Daniel Linares y Cristina de la Malla, ha indicado que esta alteración perceptiva podría ser indicativa de disfunciones en los mecanismos neurales subyacentes a la enfermedad, lo que abre nuevas puertas en la comprensión de cómo la esquizofrenia afecta a la percepción visual. Además, estos profesores sugieren que esta alteración podría explorarse como un biomarcador no invasivo para el diagnóstico y seguimiento del trastorno.

La percepción del contraste es fundamental para la interacción con nuestro entorno; sin ella, actividades cotidianas como caminar, reconocer rostros o incluso leer se vuelven extremadamente complicadas. Los investigadores indican que los mecanismos neurales implicados en esta alteración podrían estar relacionados con los niveles de glutamato, un neurotransmisor crucial en la patogénesis de la esquizofrenia. Una reducción en este neurotransmisor puede provocar una disminución de la actividad en las áreas cerebrales responsables del procesamiento del contraste.

Los resultados también sugieren que la medicación antipsicótica administrada a los pacientes podría influir en estas alteraciones. Este hallazgo es significativo, ya que sugiere la posibilidad de que aquellos con un mayor déficit en la sensibilidad al contraste podrían ser candidatos ideales para ensayos clínicos de nuevos medicamentos dirigidos específicamente al sistema glutamatérgico.

Además, los investigadores señalan que es fundamental estudiar el papel de la atención en la percepción del contraste. Hasta ahora, los estudios no han considerado que el nivel de concentración de los pacientes podría afectar sus resultados en las pruebas de percepción. Esto es especialmente relevante, dado que las personas con esquizofrenia son conocidas por ser propensas a sufrir lapsos de atención, lo que podría afectar sus capacidades perceptivas. Esto implica que para comprender plenamente la relación entre la alteración perceptiva y la esquizofrenia, los investigadores requieren realizar estudios adicionales que incluyan diseños experimentales más específicos.

Estos hallazgos tienen el potencial de cambiar la forma en que comprendemos y tratamos la esquizofrenia, además de abrir nuevas avenidas para la investigación sobre tratamientos más efectivos. El avance en el entendimiento de los déficits perceptivos en estos pacientes no solo mejorará su diagnóstico, sino que también poseerá implicaciones significativas para su tratamiento y calidad de vida. ¡Un gran paso hacia un futuro en el que la esquizofrenia sea más comprensible y tratable!