Begoña Arregi, esposa del exlehendakari Juan José Ibarretxe, ha fallecido a los 66 años, dejando una profunda tristeza en el corazón de quienes la conocieron. Su deceso, confirmado este domingo por fuentes cercanas a la familia, ha desencadenado una ola de condolencias en el ámbito político y social del País Vasco. Natural de Llodio, Álava, Arregi era madre de dos hijas, Eneritz y Nekane, y siempre mantuvo un perfil discreto, incluso en los momentos más destacados de la carrera política de su esposo.

Como administrativa en una empresa metalúrgica, Begoña nunca buscó protagonismo y se dedicó fervientemente al hogar y a la educación de sus hijas, convirtiéndose en el pilar de su familia durante la década en que Ibarretxe fue lehendakari (2000-2009). Su presencia constante y su apoyo incondicional fueron esenciales en momentos decisivos, como el polémico juicio por su reunión con Batasuna y diversas citas internacionales.

Una de las anécdotas más entrañables que se recuerda fue su espontáneo grito de “¡Ay, madre!” el día que su esposo asumió el cargo de lehendakari, un momento que refleja su cercanía y el carácter humano de una mujer que prefería estar en segundo plano.

Además de su papel de madre y esposa, Begoña Arregi se destacó por su compromiso social. Cada verano, la familia Ibarretxe-Arregi recibía a un niño saharaui como parte de su compromiso comunitario. Su amor por el ciclismo también fue notable, apoyando a Ibarretxe en diversas competiciones, mostrando así su dedicación en todos los aspectos de la vida familiar.

La muerte de Begoña ha conmovido a figuras políticas de todas las tendencias. El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, expresó su pesar, recordando su fuerte compromiso: “Bego sabía estar en un segundo plano público, pero siempre con un claro compromiso abertzale.” Otros líderes como el lehendakari Imanol Pradales y el expresident Carles Puigdemont también se unieron a las condolencias, destacando el buen corazón y la dedicación de Begoña a su familia y su comunidad.

En un mundo donde a menudo se busca el protagonismo, la vida de Begoña Arregi nos recuerda la importancia de la discreción, el amor familiar y el compromiso con los demás. Su legado perdurará en el corazón de su familia y en el recuerdo de todos aquellos que tuvieron la fortuna de conocerla.