Con nervios a flor de piel y una mezcla de ansiedad y emoción, los aspirantes al examen MIR se preparaban este sábado en el campus San Francisco de Zaragoza. Sin repasar los últimos detalles antes de entrar al examen, muchos sentían la satisfacción de haber llegado hasta aquí, acompañados por familiares y amigos que brindaban apoyo incondicional en este momento tan crucial.

Era una escena palpable en las puertas de las facultades de Derecho y Educación, donde 1,239 candidatos se enfrentaban al desafío de obtener una de las codiciadas 11,943 plazas de formación sanitaria especializada ofrecidas por el Ministerio. El examen, que es uno de los pasos finales para convertirse en médicos especialistas en España, atrae a profesionales de todo el país, cada uno con sus propias historias y razones para seguir este camino.

Además, este año ha habido un aumento en la competencia, ya que se han presentado más aspirantes en comparación con años anteriores, reflejando el creciente interés por las carreras en el ámbito de la salud. Aunque algunos admiten sentir una presión considerable, muchos coinciden en que solo quieren empezar a trabajar y aplicar lo aprendido en su formación.

Sin duda, el examen MIR no solo representa un reto académico, sino también un paso decisivo hacia la realización de un sueño: convertirse en médicos y brindar atención de calidad a los pacientes. ¡Qué empiece la aventura hacia la residencia!