España se posiciona a la vanguardia de la investigación sobre la obesidad en la Unión Europea, con nada menos que 22 ensayos clínicos activos relacionados con esta grave enfermedad. En un contexto donde las nuevas terapias farmacológicas están revolucionando el tratamiento y mejorando las perspectivas para millones de pacientes, aún queda un importante reto: entender por qué algunos pacientes son más resistentes a estos tratamientos.

Durante la I Jornada de Periodismo y Obesidad organizada por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), expertos han discutido avances significativos y los desafíos que enfrenta una enfermedad que ya afecta aproximadamente a 1 de cada 5 adultos y a 1 de cada 10 niños y adolescentes en España. Es urgente cambiar la narrativa alrededor de la obesidad, abandonando la culpa y el estigma que recae sobre quienes la padecen, y comenzando a tratarlos como pacientes, no como culpables de su condición.

Fármacos que Marcan la Diferencia

Los tratamientos farmacológicos para la obesidad han recorrido un camino lleno de obstáculos y fracasos, con numerosos efectos secundarios y poca eficacia. Sin embargo, la llegada de nuevos fármacos como la semaglutida y la tirzepatida ha cambiado el panorama, logrando pérdidas de peso superiores al 20%, un avance notable respecto a los 5-8% que se lograba anteriormente. Esta innovación no solo reduce el peso corporal, sino que también mejora la calidad de vida de los pacientes, eliminando la angustia y frustración que la falta de terapias adecuadas ha generado durante años.

La investigación en España destaca con la actividad de 19 ensayos en fase II y 3 en fase III, consolidando al país como líder en este campo. Las expectativas son prometedoras, ya que estos estudios buscan atacar la raíz del problema, no solo los síntomas.

Un Enfoque Integral y Personalizado

El endocrinólogo Cristóbal Morales ha subrayado la necesidad de alejarse del concepto de la obesidad como una condición acompañante y adoptar un enfoque integral, personalizado y preventivo. Es fundamental reconocer que hay tantos tipos de obesidad como personas que la padecen, ya que esta enfermedad es multicausal e involucra factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales.

Andreea Ciudin, coordinadora de la Unidad de Tratamiento Integral de la Obesidad, ha destacado que el Índice de Masa Corporal (IMC) no es un parámetro adecuado para diagnosticar la obesidad. La enfermedad implica una disfunción del tejido adiposo y del sistema de regulación del apetito, lo que requiere un enfoque variado y adaptado a cada paciente.

Nuevos Desafíos y el Futuro de la Investigación

Investigadores como Ana Belén Crujeiras han señalado que la creciente comprensión de la obesidad ha sido impulsada por la investigación, que ha aportado biomarcadores y dianas terapéuticas clave. El objetivo es desentrañar por qué algunas personas son más resistentes a los ambientes obesogénicos y cómo varían sus respuestas a los tratamientos.

Además, es esencial enfatizar la importancia de mantener hábitos de vida saludables y la prescripción de ejercicio físico, factores que son cruciales para el éxito de cualquier tratamiento, incluso con los nuevos fármacos. La lucha contra la obesidad es multidimensional y requiere una colaboración constante entre profesionales de la salud, investigadores y pacientes.

Con todos estos avances, el futuro se presenta esperanzador, pero la integración de un enfoque comprensivo y personalizado será clave para seguir avanzando en el combate contra esta epidemia que afecta a millones.