«Próxima estación: León, final de trayecto». Esta advertencia es un sonido familiar para cientos de pasajeros que cada día esperan con ansias llegar a la capital leonesa. Sin embargo, esa esperanza se convierte en pesadilla cuando, en lugar de la llegada esperada, los trenes se detienen en el cambiador de Vilecha, un lugar que se ha ganado la fama de 'atrapa trenes' por un recurrente problema electrónico.

El último caso de esta frustrante situación afectó al Alvia, que en realidad es un Avril S-106, cubriendo la ruta de Madrid a Avilés. Este incidente no solo paralizó el tren en cuestión durante tres largas horas, sino que también causó la espera del tren que debía salir de León rumbo a Valencia. Un verdadero caos ferroviario que pone en entredicho la fiabilidad del servicio de Renfe.

A menos de tres kilómetros de León, el cambiador de Vilecha volvió a demostrar su ineficacia, ya que el tren entró en sus instalaciones, pero se vio incapaz de salir debido a un fallo en los pantógrafos. Este problema no es nuevo. La compañía ha sido criticada por optar por soluciones 'low cost' que han resultado en un alto costo tanto para la empresa como para sus clientes.

Las preguntas surgen de inmediato: ¿Qué está pasando con los trenes en el cambiador? Este tipo de incidencias no son un caso aislado, sino que se han convertido en la norma. Con nuevas obras programadas para febrero y la intención de aumentar la frecuencia de los servicios, la situación se complica sin una solución a la vista.

El cambiador de Vilecha es esencial para el cambio de ancho de vía de internacional a ibérico y para un ajuste de tensiones, que por lo general requiere un reinicio para que la máquina funcione correctamente. A partir de aquí, la controversia se intensifica. Desde dentro de Renfe, se reconoce que los trenes Avril S-106 son problemáticos y la falta de calidad en su construcción ha derivado en incidentes continuos.

La controversia no termina aquí. Una comparación explosiva sitúa a los танки Avril en la mira, mientras que los trenes Hitachi, utilizados en Italia, son alabados por su robustez y fiabilidad, destacándose su costo superior del 30% como una inversión que vale la pena.

La decisión de apostar por Talgo, una empresa española, se ha visto empañada por decisiones discutibles en su producción. La situación ha obligado al Ministerio de Transportes a considerar acciones legales contra la compañía. Anteriormente, Talgo trabajaba en colaboración con Bombardier, pero para la serie 106, decidieron optar por la fabricación interna que ha tenido resultados desastrosos.

En contraste, los Alvia y AVE continúan ofreciendo un servicio aceptable gracias a la motorización realizada por Bombardier. A pesar de ello, el futuro parece sombrío para los Avril S-106, ya que personal de Renfe ha indicado que estos trenes seguirán experimentando retrasos en los próximos días.

La desesperación de los viajeros de este tramo es palpable. ¿Qué medidas tomará Renfe para solucionar esta situación crítica? Conducidos por un deseo urgente de mejoras, los pasajeros esperan respuestas antes de que la pesadilla del cambiador de Vilecha vuelva a atraparlos.