Actualizado a las 23:26

La final de la Supercopa de España 2025 se ha convertido en un auténtico hito para el FC Barcelona, que ha deslumbrado al mundo con un espectacular 5-2 sobre el Real Madrid. El equipo dirigido por Hansi Flick ha logrado su 15ª Supercopa y ha dejado claro que están listos para volver a estar en la cúspide del fútbol español.

El técnico Carlo Ancelotti amargó la celebración madridista al admitir que la derrota les ha dejado "tristes" y "decepcionados". A pesar de haber comenzado el partido con un gol de Kylian Mbappé, las esperanzas del Madrid se desvanecieron rápidamente cuando el Barça tomó el control absoluto del juego.

Los 'culés' dominaron el primer tiempo, anotando cuatro goles, entre ellos dos de un Raphinha en estado de gracia, quien se llevó el título de MVP del partido con un rendimiento sorprendente. En apenas unos minutos, el conjunto catalán pasó de estar debajo en el marcador a cerrar la primera parte con un contundente 4-1.

El encuentro se volvió tenso cuando el portero del Barça, Szczesny, fue expulsado en el minuto 56, dejando a su equipo con un jugador menos. Sin embargo, esto no detuvo al Barcelona, que continuó mostrando un juego brillante, con Dani Olmo y Lamine Yamal brillando con intensidad.

Mientras tanto, la emoción por el triunfo se desató en las gradas, donde cientos de seguidores vibraban con cada jugada, creando un ambiente festivo en el estadio King Abdullah en Yeda. La afición del Barça ha celebrado este triunfo como un renacimiento, especialmente tras un 2024 lleno de dudas en La Liga.

El momento más emotivo de la tarde se vivió cuando Florentino Pérez, presidente del Madrid, se acercó a Modric en la entrega de medallas, un gesto que muchos interpretaron como un intento de consolar al croata tras la abultada derrota.

Y así, con la mirada fija en la Copa del Rey que se avecina, el Barcelona no solo se lleva el trofeo a casa, sino también una inyección de confianza en un año que promete ser clave para su futuro. Mientras tanto, el Madrid deberá trabajar arduamente para corregir sus errores y recuperar la competitividad que lo caracterizaba.

¿Podrán los merengues reponerse a este duro golpe? ¿El Barça comenzará una nueva era de dominación? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es clara: el clásico sigue vivo y emocionante.