La Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de Estados Unidos ha impuesto una dura sanción de cuatro millones de dólares (3,89 millones de euros) a Santander US Capital Markets (SanCap) por el uso indebido de aplicaciones de mensajería no autorizadas, incluyendo WhatsApp, para realizar comunicaciones comerciales. Este evento ha levantado ampollas en el sector financiero, ya que es solo uno de los casos en los que la SEC ha sancionado a varias instituciones por violar la normativa que exige la preservación de registros electrónicos.

Además de Santander, la SEC ha multado a otras siete firmas, sumando un total de 63,1 millones de dólares (61,5 millones de euros) en sanciones colectivas. Entre las afectadas se encuentran gigantes como Blackstone, Kohlberg Kravis Roberts & Co, y Charles Schwab, quienes también han tenido que hacer frente a multas millonarias. No obstante, PJT Partners podría considerarse afortunado, ya que su sanción de 600,000 dólares (585.000 euros) fue menor debido a que reportaron su propia falta.

Las entidades sancionadas están tomando medidas correctivas y han comenzado a implementar mejoras en sus políticas de comunicación para evitar futuros incidentes. La SEC ha manifestado la importancia de que las empresas cumplan con los requisitos de registro establecidos por la legislación federal, subrayando que la falta de cumplimiento no solo representa un fracaso administrativo, sino que afecta gravemente la transparencia y la integridad del mercado.

Historia repetida: otras sanciones millonarias

Este no es el primer escándalo relacionado con el uso de WhatsApp por parte de bancos de inversión. En 2021, por ejemplo, la SEC multó a una filial de JPMorgan Chase con alrededor de 125 millones de dólares por no registrar las comunicaciones realizadas a través de dispositivos móviles personales durante casi dos años. Varios empleados usaron sus teléfonos para charlas sobre negocios de bolsa sin preocuparse por las regulaciones.

A lo largo de los últimos años, la SEC ha emitido sanciones a varias importantes instituciones financieras como Barclays, Bank of America y Deutsche Bank por infringir las mismas normativas, lo que indica que el problema es más amplio de lo que inicialmente se pensaba. La tendencia parece ser alarmante, ya que estas violaciones están poniendo en peligro la protección de los inversores, lo que demuestra un fallo de supervisión en el sector financiero.

Incluso, en 2023, Morgan Stanley se vio obligado a anunciar sanciones contra varios de sus trabajadores que utilizaron WhatsApp y otras plataformas para asuntos oficiales, lo que pone de relieve la gravedad de la situación en la industria bancaria y lo crucial que se ha vuelto la vigilancia regulatoria. Este escándalo podría tener repercusiones aún mayores si se descubren más violaciones en el futuro.